«Aceptarían los colombianos una persona con acento panameño diciéndole a ellos lo que tienen que hacer para tener un mejor país?», sigue usted, entonando un discurso, como poco, xenófobo, según el DRAE. Por el «acento» quiere decir por el «origen», así que los colombianos, por tener acento panameño la persona, no aceptarían escuchar qué tienen que hacer para mejorar. Eso demuestra qué hace usted con las soluciones que se nos ofrecen, no escucharlas, como si el acento panameño dotara de acierto lo que se dice sobre nuestro país.
«Por que nosotros los panameños tenemos que aceptar a una persona con acento colombiano que nos diga a los panameños que es lo que es bueno o malo?», insiste, preguntando lo obvio: aceptamos porque suele tener más razón que muchos panameños con acento, que no distinguen entre derecha e izquierda, y porque las personas inteligentes escuchan con respeto y luego discrepan. Lo que escribió debilita su argumento, exhibiendo lo que de verdad piensa.
«Creo con todo respeto, que Colombia tiene muchos más problemas que Panamá y ella debería dedicar su esfuerzo a su país», termina, suscribiendo el «mal de muchos, consuelo de tontos», y diciendo a Sabrina Bacal a qué debe dedicarse. Se disculpó, como «El rofión de Las Garzas», «si mis palabras la ofendieron», no sé si lo hizo, pero ofenden a la inteligencia. Se pone de relieve que estamos faltos de «Lo mejor de los libros», porque de boxeo ya tuvimos bastante y no solucionó nada. Defiendo su libertad de expresarse, le respeto, pero su opinión no merece ninguno.
Artículo publicado en el diario La Prensa, el martes 3 de junio de 2025.
*Las faltas de ortografía del entrecomillado corresponden al tuit original, que se ha corregido en la publicación del diario La Prensa, y que quise dejar como constancia.
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