En Panamá también se habla, y los panameños lo hacemos de una manera muy particular,
tanto como los ticos o los colombianos, lo que ocurre es que, de tanto usarlo (el
idioma), se nos rompe el oído consciente y nos parece muy normal que alguien
sea batioso, sea un bagre o esté balsito. Panamá habla y
también escribe, y exporta las palabras que le son cercanas, y las exhibe como
una particularidad del habla que nos singulariza bajo el español como nuestra
lengua.
La profesora y académica Margarita Vásquez, publicó en 2010 su brillante Diccionario del español en Panamá, el DEPA, que es posiblemente el único diccionario que uno puede disfrutar de madrugada muerto de risa, y con lágrimas en los ojos de alegría o de pura cabanga, “dirigido a la generalidad de los panameños, siempre interesados en los asuntos del idioma”, y para los visitantes y profesionales que se interesan por la idiosincrasia de nuestra manera de hablar en español. Una obra para todos los curiosos de las palabras. Seguir leyendo aquí.
Reseña publicada el viernes 4 de noviembre de 2022 en el diario La Prensa.
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