16 noviembre, 2025

Bienal de Venecia 2026: Una convocatoria que no cumplió sus propias reglas

por Emiliano Pardo-Tristán (Compositor y escritor panameño


La propuesta escogida para representar a Panamá en la Bienal de Venecia 2026, no es completamente panameña. Según las bases de la convocatoria la artitsta serbia, Iva Jankovic, no debió participar, ni como proponente principal ni como colaboradora, poque la convocatoria era para "artistas panameños o residentes en Panamá". El proceso de elección deja interrogantes sobre la transparencia que tanto enfatizó el comité organizador: ¿En qué́ momento deciden transgredir las bases sobre la nacionalidad de los participantes? ¿Por qué́ cambiaron al jurado? ¿Qué pasó con los jurados Paula Piedra Mora de Costa Rica y Julia Morandeira Arrizabalaga de España? ¿Qué propuestas fueron finalistas? ¿Conocerán los participantes los argumentos del fallo de cada jurado?

En ningún momento se dijo que se podía concursar con artistas de otros países, por lo tanto se violan las bases de la Convocatoria. Las bases dicen muy claro en el primer párrafo de la Convocatoria, y lo reafirmó el comité organizador en la Sesión Informativa por Zoom, que era una convocatoria "COMPLETAMENTE abierta a artistas panameños". Esto descalifica a la artista serbia Iva Jankovic y al proyecto elegido. El dúo seleccionado, "Los Mensajeros del Sol", compuesto por Antonio José Guzmán e Iva Jankovic, es un dúo panameño/serbio. De haber sido las bases transparentes, los artistas panameños jóvenes a los que se les hizo creer que podían concursar porque tomarían en cuenta su creatividad, hubieran tenido mejor opción de estar en la Bienal de haber concursado junto a artistas extranjeros de más renombre.

Abrir en Panamá una convocatoria donde se pide tener "una trayectoria artística consolidada" y que los participantes "cuenten con experiencia comprobable en exposiciones de relevancia nacional o internacional", descarta a por lo menos 80 de las 89 propuestas recibidas. Es una broma vanagloriarse con la participación de 89 proyectos, porque son muy pocos los artistas panameños cualificados para este llamado. La convocatoria está hecha para artistas que se han formado en el extranjero, porque en Panamá no existen instituciones académicas que eduquen en arte de vanguardia. Panamá es un país en el que todavía no se utilizan modelos desnudos en las escuelas de bellas artes, por recato, mojigatería o por la razón que sea. Un país en donde, en pleno siglo XXI, no existen las carreras de composición musical ni de dirección orquestal; sin embargo, hace poco el Ministerio de Cultura organizó un concurso para encontrar al nuevo director titular de la Orquesta Sinfónica Nacional que obviamente quedó desierto. Nos guste o no, Panamá es un país que se ha saltado casi todo lo que vale y pesa en arte vanguardista desde el siglo pasado.

Los participantes rechazados ahora son un número para las estadísticas de la convocatoria que resonarán impactantes en todos los medios: "Tuvimos 89 propuestas". La verdad es que si 88 de las 89 propuestas fueron descartadas, la convocatoria fue un desastre. Por la transparencia que tanto pregonaron, deben publicar el fallo firmado por el jurado, en donde explican los criterios por los que deciden, por unanimidad (si así fue), escoger a un dúo serbio/panameño para representar a Panamá en Venecia y no considerar, ni siquiera de finalistas, algunos de los 88 proyectos restantes. Sin esto, no hay transparencia y el resultado parece amañado y preconcebido.

Si en realidad quieren exportar lo que tiene de creativo e innovador el arte panameño, entonces hay que ser más inclusivos. La curaduría pudo armar un Pabellón en el que dialogaran los trabajos de artistas emergentes con los de artistas más experimentados, utilizando géneros diversos y técnicas contemporáneas. Seleccionar un único proyecto artístico, mitad panameño/mitad serbio, no evidencia lo que el país desde su geografía o desde la diáspora puede mostrarle al mundo.

Artículo publicado en el digital del diario La Prensa, el viernes14 de noviembre de 2025.

04 noviembre, 2025

De espaldas a la tribuna

Después del asesinato de Hugo Spadafora, la dictadura de Noriega, heredera de la dictablanda de Torrijos («dicta» es la clave, que nadie se engañe), entró en caída libre. En 1985, la ciudadanía era valiente: los estudiantes que desfilaban, a la altura de la tribuna de autoridades, decidieron dar la espalda al «presidente» y otros pasar corriendo delante de la representación política de un estado dictatorial corrupto.

No es ninguna locura, en estas fiestas tricolor, crónicas y de rebusca, volver a la valentía de antaño: dar la espalda a un presidente legítimo, democrático, pero que ha perdido todo contacto con la realidad ciudadana, que con un 34% legítimo es de los menos queridos. Sería una buena lección para el hombre que rofea cada jueves, autoritario y faltón, que nos señala chabacano y pedante el lugar de la lengua, dejarlo solo y sin desfile: lo que quiere es el baño de pueblo.

Tenemos que dar la espalda a un gobierno servil, que permite al embajador estadounidense participar de la vida pública y política del país como si fuese un nuevo virrey; que insiste en dejar caer la educación a todos los niveles; que no enfrenta con entereza radical y honesta la corrupción; que persiste en su nepotismo velado; un gobierno sin una política cultural rigurosa; que pretende actuar como si el pasado no existiera, con un mesianismo encarnado en un presidente que ya compite con todos los malos expresidentes, y tiene cuatro años para dejarlos muy atrás.

Si tuviéramos un mínimo interés ciudadano, le daríamos la espalda a la tribuna, o nos quedaríamos en casa celebrando la patria con honestidad activa, pero no, hemos entrado en el ciclo de fin de año: fiestas patrias, día de la madre y Navidad, verano, carnavales y ya veremos el año que viene en marzo si las escuelas se caen o no, si las pintan o no. Mientras, bandas y batuteras deleitando a un gobierno que no es la patria.

Artículo publicado el martes 4 de noviembre de 2025, día de los Símbolos Patrios, en el diario La Prensa.

22 octubre, 2025

Sin desfiles por la patria

Como todo gobierno «populachero» («populismo» es otra cosa), el nuestro utiliza las expresiones de jolgorio popular para hacerse fotos que hace pasar por aprobación ciudadana. Lo mismo el alcalde capitalino, variante en chiquito del mismo peligro que nos viene de Las Garzas. Allí donde haya gente gastando plata para celebrar polleras, sombreros o molas, estará el «Ejecutivo» para acompañarse de «su pueblo».

La patria no es el estado, ni el gobierno, ni un presidente, es una construcción social, cultural y sentimental, es una decisión que se toma cada vez que nos quieren hacer cómplices de la corrupción. La patria se cuida al momento de votar y se mantiene estando alerta ante los desvíos políticos de quienes gobiernan. Por eso les propongo lo que sigue.

Estas fiestas patrias, quédense en su casa. No compren uniformes de batuteras ni de bandas, no se quiten el poco chenchén que tienen para darle el gusto a una clase política que mentirá otra vez con discursos tricolor y sin soluciones de calado para nuestros grandes problemas. Este noviembre, sin desfiles por la patria, que sean los que no la respetan los que salgan a montar su teatro de mentiras politiqueras.

Pero me temo que no hay dignidad patria para hacer eso, o para dejar plantado el desfile navideño: ellos saben que «el panameño es así», y se gastan cinco millones en eventos internacionales, tres en el desfile navideño y siete en villas diplomáticas, y suma y sigue, y nadie revoca a nadie, todos se aguantan la mecha, «así es mi país», y los de arriba lo saben, cuentan con su participación para figurar en las fotos que mandan al exterior para mantener la mentira de «el país más próspero de la región», que vive sin buena educación, con mala salud y con una Biblioteca Nacional paupérrima.

Vayan a los desfiles patrios, celebren la Navidad para los pelaos: los de siempre cuentan con su complicidad por los próximos cuatro años.

Artículo publicado en el diario La Prensa, el martes 21 de octubre de 2025.

14 octubre, 2025

Las hijas del presidente

Es una cobardía mediocre, que descubre la incapacidad argumentativa de los que lo han hecho, utilizar un viejo video de las hijas del presidente, con personaje siniestro de Blue Apple al fondo, para implicarlas en unos «supuestos» que, como novela mediocre, tendría algún sentido, pero que en la vida real solo nos desenfoca del verdadero fondo del asunto: las formas de la corrupción.

El despacho de la Primera Dama, como muchas de las costumbres «sociopolíticas» que tenemos en nuestro país, son heredadas de los Estados Unidos. Es ridículo, como una monarquía, tener a la esposa del presidente ocupada en menesteres sociales que ya el propio estado debe atender. Es nepotismo barnizado de quehacer institucional, una forma elegante de corrupción.

Las hijas del presidente, por muy profesionales que sean, no deben figurar en ningún área gubernamental, tampoco el hermano del presidente, embajador en Portugal. Por mucho que usted tenga amigos, vecinos o familiares preparados para un puesto, no los nombre, eso es nepotismo, botellerismo, robarle al estado: no solo hay que ser transparente, hay que parecer transparente.

Esa moda de políticos diciendo en redes que los viajes institucionales o desplazamientos a ferias y desfiles folclóricos «me lo pago de mi bolsillo», solo revela lo poco transparentes que son. El estado tiene que correr con esos gastos, que están reglados y sujetos a fiscalización porque, aunque usted se lo pague, va a representar a una institución o a nuestro país y, si usted lo paga, no representa a nada más que a sus propios intereses.

No, las hijas del presidente no deben aparecer dando opiniones sobre ningún área del estado, ese es el fondo del asunto. Se votó por su padre, aquí no hay «pack familiar», esa es una herencia que no nos corresponde. Es hora de ir caminando hacia una sociedad madura, que haga las cosas como deben hacerse y no impuestas por viejos amos que ya están aquí para reclamar lo suyo.

Artículo publicado en el diario La Prensa, el martes 14 de octubre de 2025.

09 octubre, 2025

El profeta Amos

Lo que ocurre en Palestina tiene nombre: póngaselo usted en función de qué lado de los polos ocupe. Tiene derecho a su silencio, indiferencia o neutralidad. Pero opine con conocimiento de causa, o reconozca que al no tener la más mínima idea de los orígenes de todo aquello, usted no opina. Aunque le digo, es sencillo: es un asunto de humanidad.

Opté por releer al profeta Amos, que unos tienen por traidor, otros por equilibrado, y muchos por ser uno de los que mejor ha digerido y discutido el conflicto desde su impecable literatura: Amos Oz, el escritor israelí contemporáneo más leído, Premio Princesa de Asturias de las Letras 2007, y que luchó, para más señas, en la Guerra de los Seis Días.  

Defendemos la paz a golpes, denunciamos la injusticia matándonos verbalmente mientras no somos nosotros los asesinados. Hemos convertido de manera perversa la muerte de otros en arma arrojadiza, instalados en la comodidad de nuestras batallas moralistas: lo que allí hacen recuerda los perores momentos de deshumanización de nuestra Historia reciente.

Oz dijo: «No hay otra solución, porque los palestinos no se van a ir, no tienen adónde. Los judíos israelíes tampoco nos vamos a ningún lugar, no tenemos adónde. No podemos ser una gran y alegre familia porque no somos una familia. Somos dos familias muy infelices. Debemos dividir la casa en dos apartamentos más pequeños.… en las dos partes hay un Doctor Jekyll y un Señor Hyde. Esto no es Hollywood con un sheriff y delincuentes, sino una tragedia griega. Justicia frente a justicia y muchas veces injusticia frente a injusticia».

Oz murió en 2018. Lo más seguro es que recibiría palos por ambos lados. Las líneas rojas se pasaron hace muchos muertos, hace muchos años, hace muchos atentados, hace mucho dolor atrás. Queda levantar las manos pidiendo que la muerte se detenga, en forma de plegaria o como gesto humano desesperado, pero ya hace mucho tiempo que ha sido suficiente.


Artículo publicado en el diario La Prensa, el martes 7 de octubre de 2025, dos años después de los actos terroristas de Hamás, y el inicio de una brutalidad contra el ofensor que no tiene precedentes. Ojalá, hoy (9/10/2025), se instale de verdad y para siempre la paz q
ue tanto queremos.

23 septiembre, 2025

New York, New York

Ya está allí, en la ciudad que nunca duerme, el «king of the hill», que deja atrás la melancolía de pueblo, el blues tricolor, para participar en la Asamblea de la ONU, buscar chenchén para la empresa privada y operarse un hombro, en New York, lejos del ruido del patio limoso y el olor a injusticia que se ha tomado este país, y que él y su gobierno/contubernio se han propuesto mantener: todo por la clientela.

La decisión de operarse en la «Gran Manzana» fue comunicada en el rofeo de prensa del jueves, con una muletilla innecesaria por obvia, pero muy reveladora: «lo pago yo, por supuesto», poniendo al descubierto lo que es un secreto a voces: mejor es gastarse la plata en médico fuera, que sufrir la falta de insumos en nuestra querida tierra. Lo más paradójico de todo es que se va a reunir con los de la «Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), con el propósito de concretar el traslado de la sede de la OPS a Panamá». Traer la máxima representación de la salud a un país en el que no quieres operarte, es un insulto a cualquier mínimo intelecto.

Quizás la villa de 7 millones de dólares en reparaciones sea la respuesta a la falta de insumos (y muchas cosas más) que, sumados a los 5 millones de dólares de los Premios Juventud, que nadie explica a quién benefician (no a Panamá), puedan hacer la diferencia para que, «con paso firme», tengamos un lugar para el alivio del hombro presidencial.

Dios nunca fue panameño, no somos el corazón del universo, ese es el cuento que nos han dado a comer. Vivimos por encima de nuestras posibilidades morales, confiando en unos y otros, creyendo que las cosas pueden cambiar, pero nadie les planta cara a los corruptos: no somos New York, no tenemos buenos hospitales, y eso lo confirma el hombro del presidente.

Artículo publicado en el diario La Prensa, martes 23 de septiembre de 2025.

27 agosto, 2025

Los aparecidos

En política existe una figura que solemos ignorar por la memoria cortoplacista que tenemos y la indiferencia pragmática que se come la poca integridad que nos queda: el aparecido. Su hábitat natural es la impunidad y el gatopardismo, y se alimenta de la incapacidad ciudadana de distinguir lo correcto, que ha sido sustituida por lo que «compensa». Porque, aunque les parezca mentira a estas alturas, sí que hay una manera correcta de ser y de hacer.

A los aparecidos comunes (Torrijos, Moscoso, Balladares, RM que es RM), asimilados con la complicidad de todos, ahora se suma Varela, que ha aparecido dándose un baño de abrazos de sus "copartidarios (vamos a dejarlo aquí), y no sabemos si amenaza con volver, lo cierto es que es una mala noticia para los panameños. Pronto saldrán de su cueva Cortizo y Gaby, que son los que faltan para que el convivio exhibicionista de «ex» se dé como un carnaval de corruptelas y millones desperdiciados para risa de ellos y sus partidos y escarnio contra los contribuyentes.

¿De dónde vienen los aparecidos? Busca en sus casas lujosas y en sus empresas opacas. ¿Y por qué es que se aparecen? Porque todos somos igual de olvidadizos. ¿Y cuándo vuelven los aparecidos? Cada vez que lo trae la impunidad. ¿Cómo se le habla al aparecido? Con el qué hay pa’ mí apretando por dentro. (Paráfrasis).

El olvido en política es impunidad. El sistema corrupto se nutre del buenismo ciudadano que hace borrón y cuenta nueva cada legislatura, porque quiere beneficios, lo que le convenga, y nada más. La necesidad se ha hecho combustible, de tal manera que la salvación del país pasa por la mina, que no es el problema, sino la manipulación del asunto para hacer lo que les conviene a ellos, a los aparecidos, que vienen a salvarnos de «un mal mayor», cuando lo peor que podía pasarnos ya pasó: que fueran presidentes de la república.

Publicado el 26 de agosto en el diario La Prensa.

10 junio, 2025

Sordera destructiva

Panamá es un «Estado sordo», lo demuestra el presidente de la República, y la principal causa de ese mal es que se escucha en exceso así mismo, igual que los «líderes» de opinión en redes, que no se les ve rectificar nunca: están tan pagados de sí mismos que el ruido que los rodea es, como nunca, ensordecedor, al punto de que cada opinador es en sí mismo un universo mutuamente excluyente, por su puesto, de cualquier razón que pueda tener otro.

La consigna no es ofrecer soluciones, sino imponerlas, tener razón, que me den «me gustas» virtuales, insultar al que no piensa igual y hasta bloquearlo, menos mal que no ejercen el poder, y los que lo ejercen se dedican a hacerle la vida de cuadritos al que discrepa, y muchos discrepantes se victimizan para que les den sus «me gusta»: Panamá renunció al criterio hace años, y tiene a sus viejas glorias intelectuales insistiendo en ideas y códigos caducos, la mayoría en silencio esperando a que escampe.

Cuando Estados Unidos vino a contarnos nuestra Historia, nadie dijo nada en el exterior (apenas unos artículos tímidos), nadie salió a contar nuestra parte del «relato» pero, ahora que la violencia se ha desbordado, salimos en medios internacionales y nadie sabe cómo explicarla, y cuando se logra, se niega la mayor, y nos creemos la mentira del gran país y la mitología de balboas, polleras y de ser los primeros en la región: somos víctimas de nuestra fantasía nacional.

Nadie escucha, y quien tiene posibilidad de sosegar las cosas opta por la sordera rofiona y destructiva. Se nota que no estamos preparados para desmontar la corrupción, porque detrás de ella se encuentra la razón de ser de nuestra ficción. Optar por el criterio reflexivo de nuestra circunstancia implica reconocer que nos hemos hecho los pendejos por mucho tiempo, pero aunque duela el orgullo, vale la pena: nos daremos la oportunidad de ser lo que de verdad podemos.

Artículo publicado en el diario La Prensa, martes 10 de junio de 2025.

La ilñustración es del ilustrador polaco Pawel Kuczynski (pincha aquí para ver su obra).

03 junio, 2025

Yo le doy una respuesta, Juan Carlos Tapia

«Yo me hago esta pregunta?*», comienza su tuit, y yo le voy a dar una respuesta porque sus palabras representan el fallo argumental de muchos panameños: «permitir» la libertad de expresión según nacionalidad, credo, género, condición o raza. En este tipo de manifestaciones es donde las personas se retratan: le sale el cobre al oropel democrático que venden. Habrá acertado antes, pero en esto se equivoca.

«Aceptarían los colombianos una persona con acento panameño diciéndole a ellos lo que tienen que hacer para tener un mejor país?», sigue usted, entonando un discurso, como poco, xenófobo, según el DRAE. Por el «acento» quiere decir por el «origen», así que los colombianos, por tener acento panameño la persona, no aceptarían escuchar qué tienen que hacer para mejorar. Eso demuestra qué hace usted con las soluciones que se nos ofrecen, no escucharlas, como si el acento panameño dotara de acierto lo que se dice sobre nuestro país.

«Por que nosotros los panameños tenemos que aceptar a una persona con acento colombiano que nos diga a los panameños que es lo que es bueno o malo?», insiste, preguntando lo obvio: aceptamos porque suele tener más razón que muchos panameños con acento, que no distinguen entre derecha e izquierda, y porque las personas inteligentes escuchan con respeto y luego discrepan. Lo que escribió debilita su argumento, exhibiendo lo que de verdad piensa.

«Creo con todo respeto, que Colombia tiene muchos más problemas que Panamá y ella debería dedicar su esfuerzo a su país», termina, suscribiendo el «mal de muchos, consuelo de tontos», y diciendo a Sabrina Bacal a qué debe dedicarse. Se disculpó, como «El rofión de Las Garzas», «si mis palabras la ofendieron», no sé si lo hizo, pero ofenden a la inteligencia. Se pone de relieve que estamos faltos de «Lo mejor de los libros», porque de boxeo ya tuvimos bastante y no solucionó nada. Defiendo su libertad de expresarse, le respeto, pero su opinión no merece ninguno.

Artículo publicado en el diario La Prensa, el martes 3 de junio de 2025.

*Las faltas de ortografía del entrecomillado corresponden al tuit original, que se ha corregido en la publicación del diario La Prensa, y que quise dejar como constancia.

27 mayo, 2025

La “Bochinchosa” y la democracia selectiva

Me parece oírla cantar «me llaman la bochinchosa porque sé muchas cosas», mientras regresa de Colombia de mandarle a hacer la banda presidencial a RM, y estoy seguro de que se lo dijo su vecina Bartolomea —«y a mí no me lo crea»—, que hay unos «parlamentarios» que quieren tumbar al presidente, y yo me pregunto si será verdad, pero ella, como Rasputín: discretísima hasta el fin, nunca nos dirá, para ser responsable con la ciudadanía de este país, quiénes son los cabecillas de semejante insensatez.

Otros celebran que el ejecutivo aplaste el SUNTRACS, aunque, con carita de yo no fui, el presidente diga que él no puede dar órdenes de entrar con un cuerpo de asalto (la escena es de película) a la sede de cualquier organización. Esa idea selectiva de la democracia, que se ríe cuando intervienen en la libertad de otros, es como escupir para arriba. El ejecutivo da otra lección autoritaria y manda un mensaje a la nación: el próximo puede ser usted, aunque usted no lo crea.

Insinuar golpes de estado es irresponsable, y seguro que punible. ¿No hay ningún abogado que lo denuncie? ¿No hay un Ministerio Público que actúe de oficio, que exija que la expresidenta diga la verdad? Miente o es cómplice si no dice los nombres de los presuntos golpistas. Pero, como siempre, veremos antes en el banquillo a un ladrón de mamallenas que a una terrible expolítica tirar la piedra sin esconderse, dando otra lección de democracia selectiva: yo si puedo delinquir, tú no.

Veremos a la justicia, ágil, acabar con el sindicato, y comprobaremos lo que ya sabíamos, pero nos hemos hecho los pendejos todo este tiempo: la justicia, como la democracia que practicamos, es selectiva, siempre para los otros, no para nosotros y los nuestros. Esta forma de ver la justicia y la democracia manifiesta nuestra incapacidad para comprobar la fragilidad de nuestro sistema y dimensionar lo que está ocurriendo.

Artículo publicado en el diario La Prensa, martes 27 de mayo de 2025.

El título correcto (hay una errata en el tútulo en la edición digital y de papel) es "La "Bochinchosa" y la democracia selñectiva", con B mayúscula, porque se alude al personaje televisivo de los ochenta en Panamá.