Algunos buenos patriotas se rasgan las vestiduras
al ver una empollerada maquillada como una calavera. Salen en defensa del
traje, se burlan e insultan a quien semejante afrenta perpetra, sin caer en
cuenta de lo que ya hace tiempo nos enseñó Dora P. de Zárate, pero da igual,
esa es la patria que algunos quieren celebrar: la que no se conoce a sí misma y
es un conjunto de colores y frases tópicas.
La patria, no es una idea heredada, es una
realidad que debe construirse a diario, respondiéndonos con honestidad a la
pregunta ¿qué patria queremos?, si ésta del juegavivo, la corrupción y el
espectáculo chabacano, o una que afea los gestos malsanos de políticos y
ciudadanos en busca de una mejor convivencia. Seguir leyendo el artículo, aquí.
Artículo publicado en el diario La Prensa, el 3 de noviembre de 2020.
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