Dicen que en Abundance, Alguien decidió que era
mejor callarse por si acaso. A su vecino Mortuoro --un desastre como sastre-- le retiraron la máquina de coser por decir en el Café
de la Esquina, que quizás la culpa no era del Chachachá, sino del Tango. Alguien
escarmentó, y dijo en el Café, sentencioso --para asombro de la parroquia--, “por si acaso, mejor callarse: el silencio no es
cómplice, es prudente”.
Mortuoro, el sastre ilustrado, cerró su factoría e imitó la actitud de
Alguien, era lo mejor, por qué hablar ni decir: ya había corrido la voz en
Abundance de que el Libertinaje es el primo rabiblanco de la negra Libertad y
por eso es mejor callarse que estar diciendo en el Café, donde todos se
informan, que el Tango era el culpable pero se hacía el ofendido. Seguir leyendo el artículo aquí.
Artículo publicado en el diario La Prensa, 14 de julio de 2020.
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