13 diciembre, 2010

Destinos intermedios (Reseña)

Que todas las vidas de todas las personas y en todas partes y en todas las épocas están de un modo u otro relacionadas es una vieja teoría que nos seduce y que nos es imposible comprobar a gran escala pero hay destinos intermedios, momentos de la vida en que nuestras existencias se cruzan con las de otros convirtiendo la realidad en un trepidante escenario novelesco.
Esto es lo que demuestra Octavio Escobar Giraldo (Manizales, Colombia, 1962) en su excelente novela “Destinos intermedios” (Periférica, 2010) y que la editorial Periférica nos sirve en un formato que nos tiene muy bien acostumbrados. La misma editorial publico del colombiano “Saide” (2007) en la que, según leemos, algunos de los personajes de “Destinos intermedios” también participan.
De estructura fragmentaria y sumarial, la trama va creciendo con escenas sueltas que van subiendo de intensidad revelando al lector las pistas que van conformando un sólido mosaico en forma de bomba que estalla en un final templado, directo y sorprendente.
Todo comienza con un tipo que acaricia su 38, apura su café y se dispone a ir a la “entrevista”. Unas chicas emprenden un viaje inocente y se encuentran en medio de una acción violenta que nada tiene que ver con ellas. De allí pasamos por viejas glorias de la canción colombiana, médicos viudos, matones y bandas organizadas, todos ellos forman parte de este relato de la vida y de la muerte que es “Destinos intermedios”, una novela negra de un costumbrismo finísimo, irónica hasta el descaro y rotunda en sus contenidos.

Mención aparte merece el personaje del cuenta chistes profesional, Salvador Espejo, que está metido en un reto absurdo y heroico a un tiempo. Busquen lean y ríanse un rato de los chistes recalentados de este profesional del humor que está batiendo un record. Una pieza necesaria en la narración, descúbranlo.
Los personajes de Octavio Escobar Giraldo están excelentemente dotados de vida. Rezuman intensidad, personalidad y sobre todo mucha pasión por vivir o morir. Decimos esto porque la novela es breve, apenas 194 páginas, pero consigue con buen oficio hacer existir a estos personajes que reflejan una de las realidades en las que Colombia se ve inmersa.
La tensión se palpa en cada página de la novela. Escobar Giraldo dosifica, construye pequeñas y densas atmósferas en las que lleva a sus personajes y a sus lectores hasta el límite para dejarnos allí con la intriga y pasar a otra sub-trama que va llevando hacia adelante la historia. Estamos ante un escritor de raza que el gran público debe conocer cuanto antes y seguir su trayectoria para no quedarse fuera del gran proyecto que está llevando a cabo con estos personajes que seguro serán en el futuro un referente dentro del género.
No se pierdan el alegato final de Jimena Sombras en una entrevista. Su amor por uno de los mafiosos de la historia llevará a esta mujer a casi defender lo indefendible. Les sorprenderá lo fácil y fluido del discurso, les asustará como alguien puede racionalizar la maldad.
Esta novela junto con “Saide” y las que vienen nos hacen esperar con ganas la siguiente entrega. La prosa envolvente y calurosa de Escobar Giraldo nos llevará a unos paisajes y a unas vidas que se cruzan retratando a cualquiera que se asome por estos “Destinos intermedios”.

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