El refrán “El hambre agudiza el ingenio” no es nuevo. Usado por los clásicos tantas veces y de tantas maneras no necesita explicación alguna: la maestra Vida se sirve del hambre para mejorar al ser humano, sacarlo de su comodidad y transformarlo. Como hizo con Juan Carlos.
He escuchado en mi familia muchas historias del hambre. Está la clásica, en la que usaban el pasaje que le daban los señores de la casa para comprar pan y caminaban “hasta por allá”, o la de cantar en Radio Mía para ganar una bolsa de alimentos, o aquella en la que la mayor llevaba al chiquito para que se tomara la leche que le daban a ella en la escuela. Seguir leyendo el artículo aquí.
Artículo publicado en el diario La Prensa, 28 de abril de 2020.
No hay comentarios:
Publicar un comentario