15 junio, 2010

La cosecha de Samhein (Reseña)

La cosecha de Samhein (Alfaguara, 2009) de José Antonio Cortina (Vitoria, 1972) inaugura una ciudad, la ciudad de Rocavarancolia y nos narrará sus avatares y siniestras aventuras en tres entregas que si mantienen el ritmo de esta primera están llamadas a ser la trilogía de literatura fantástica juvenil más importante del momento. Y que lo de juvenil no desanime a nadie que la novela es para todos los lectores. Y es que la prosa cadenciosas y envolvente de este escritor vitoriano termina por arrastra los mayores a una aventura que se supone que está planteada para los más jóvenes.
La historia arranca el 31 de octubre, ingenuamente, de forma casual. Héctor y otros once chicos son engañados y llevados a la ciudad de Rocavarancolia: son la cosecha de Samheim. Estos jóvenes han de sobrevivir hasta la Luna Roja pero en treinta años ningún joven lo ha hecho.
La atmósfera, los diálogos sencillos y directos, la trayectoria del antihéroe pero que irremediablemente tiene que serlo (Héctor) consiguen tenernos a la espera de la resolución de esta historia que nos regala la inauguración de un nuevo territorio mítico como Celama o Región: Rocavarancolia.
Esta es una ciudad terrible, densa y desesperanzada con un destino irreversible en apariencia, con esperanzas grises puestas en esta nueva cosecha de jóvenes. José Antonio Cortina crea una atmósfera, no un escenario. Esta ciudad no es un decorado de cartón piedra, es un personaje más que no debemos convertir por inercia en simple relleno.
Las aventuras de los jóvenes se intercalan con la vida de la corte de Rocavarancolia, dándonos una perspectiva completa entre las incertidumbres de los chicos y las esperanzas de una ciudad que espera con ansia esa Luna roja. Pero las cosas no serán fáciles para ninguno de los dos grupos.

La historia sufre varios giros sobre sí misma lo que técnicamente la hace muy atractiva y la convierte en una obra sorprendente que se retuerce sobre sí misma para desconcertar al lector, para volver atraparlo, para volver ha hacerle repasar lo vivido por los personajes que no bajan la guardia en ningún momento de la novela.
Construidos sólidamente los personajes de “La cosecha de Samhein” son conducidos con maestría por el autor dotándolos de verosimilitud y llevándonos a la empatía con ellos aunque a veces actúen de modo inverosímil pero no olvidemos que se trata de una novela de género fantástico.
La trama y su fondo son difíciles de explicar sin traicionar la novela y dejar desajustada esta maravilla de obra que depende para su disfrute de la absoluta inocencia y desconocimiento del lector para poder llegar a conectar con la historia. Una historia que no hace más que comenzar porque le faltan dos entregas más.
No le perdamos la vista a este autor y a su saga que promete darnos muchas más noches de aventura y que tiene que respondernos a tantos interrogantes que se nos vienen encima una vez terminamos la novela, una novela que les fascinará.

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