22 junio, 2010

Nocilla Lab (Reseña)

Agustín Fernández Mallo lo ha vuelto a hacer: se ha metido en su laboratorio con Nocilla y ha experimentado. Con este “Nocilla Lab” (Alfaguara, 2009) cierra el Proyecto Nocilla con el que nos ha deleitado durante estos últimos años. Esta novela no es ni más ni menos que un viaje emprendido por el autor que nos lleva directamente al corazón de la creatividad.
Como una suerte de collage, como una especie de película rodada en Dogma 95 Fernández Mallo nos lleva a la esencia misma del proyecto, a la búsqueda de un hombre y una mujer de sus metas, a la estética total. Porque Fernández Mallo ha escrito no la novela total sino “el proyecto total”, una experiencia literaria que convierte todo en literatura, que muta todo en ficción para someter a la escurridiza realidad a un universo creativo obviamente y necesariamente infinito.
Las técnicas utilizadas para contar este viaje son diversas: la narración propiamente dicha, el foto collages o el cómic y que nos llevan aun sorprendente y muy creativo final.
Mucho se ha hablado del “efecto Nocilla”, de que si el proyecto no era más que un producto de mercado y tantas idas y venidas que ha protagonizado el experimento de Fernández Mallo. La verdad es que la exposición a estos trabajaos, su frescura formal y su desafío a los cánones no es nuevo, vine de Cortázar y no es más que una vuelta de tuerca a lo fragmentario y efímero como vehículo de comunicación de la historia que se quiere contar.

Sin duda alguna la lectura de “Nocilla Lab” requiere, como el resto de sus complementos, una lectura más atenta para encontrar la cadencia de las historias lo cual no es un defecto del artefacto sino un reto para los lectores.
Sin duda que seguiremos hablando de esta “Nocilla literaria” y de sus consecuencias pero lo que es innegable ya es que Agustín Fernández Mallo tiene una poética, es coherente con ella y la lleva hasta sus últimas consecuencias.
Este “viaje al centro de uno mismo” es enriquecedor en sus paisajes que son el fraseo de la primera parte y sin duda alguna los “Fragmentos encontrados” de la tercera parte. Frases como esta “No sé si tendría valor para esa clase de regreso a mí mismo”, constatan lo reflexivo y profundo de este viaje, viaje que termina convirtiendo al propio autor en un personaje de sí mismo, muy vilamatiano.
Para quien reseña resulta particularmente elocuente la entrada en escena de dos de los grandes escritores que creen en las casualidades literarias: Enrique Vila-Matas por España y Paul Auster por el resto del planeta libro y que son tratados aquí como objetos de meta ficción al igual que el propio Agustín. Busquen sobre todo a Vila-Matas y sabrán por dónde anda y qué fue lo último que escribió. No se dejen engañar por las novedades literarias.
“Nocilla Lab” será para los que se lleguen a él una grata experiencia como lectores y un disparador creativo muy interesante. Que nadie se tire de los pelos intelectuales antes de haber pasado por esta interesante propuesta de Fernández Mallo que da para mucho discutir y para mucho que disfrutar.

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