¿Hacia dónde vamos?
Somos tan necios que no vemos que el mundo, allá
lejos y aquí mismo, sufre una tragedia global que escapa a runrunes proféticos
y a medidas económicas hechas con reglas torcidas por el servilismo y el
interés del que paga y exige beneficios. Nuestros hechos hablan tan alto que no
se escucha lo que decimos.
Moratorias populistas mal planteadas, bolsas de
comida interesadas, o patrocinios de solidaridades bien calculadas, son el ruido
de fondo que no nos deja escuchar el verdadero concierto de nuestra situación
nacional: desempleo, economía sumergida, inestabilidad social, un sistema de
salud deficiente, mala distribución de la riqueza, educación paupérrima, una
actitud crítica subterránea, desafección cívica. Seguir leyendo el artículo aquí.
Artículo publicado en el diario La Prensa, 12 de mayo de 2020.
No hay comentarios:
Publicar un comentario