Giselle A. González Villarrué, es la nueva Ministra de Cultura de Panamá. A
la decepción en muchos aspectos estrictamente culturales del anterior Ministro,
el señor Carlos Aguilar Navarro, se suman los otros temas turbios y nunca bien
aclarados que han sembrado, como cuando el antiguo INAC, de una profunda
desconfianza por quien asume el cargo. Para el anterior ministro, todo el
olvido estrictamente institucional posible, pero para la historia quedará su
nombre inscrito como el del primer ministro de una Cultura panameña que lo
esperó con tanta ilusión, pero no fue lo que queremos (el cambio en los tiempos
verbales es intencionado). Todo esto dicho desde el optimismo crítico que
también usaremos con la nueva Ministra, a la que le deseamos, y nos deseamos,
toda, no la suerte, sino la eficiencia, entrega, apertura de miras y espaldas y
piel fuerte para llevarnos y llevarla por el camino del éxito institucional que
queremos y que queremos ya.
El futuro de Panamá se escribe en términos de respeto, valentía ciudadana,
ética institucional y la necesaria transparencia. Lo que menos necesitamos son
funcionarios y ex funcionarios resentidos por las críticas, que pretendan
castigar dejando fuera a los que no les ponen carita, ni consentidores de un
grupito de plañideros y palmeros que lamboneen a los funcionarios para
beneficiarse, callaítos, del erario público. Desde el optimismo crítico ya
citado, desde la más constructiva crítica, esperamos que esta nueva etapa del
flamante nuevo Ministerio de Cultura, sea mejor que la anterior. Nos jugamos
mucho. ¡Éxitos, Ministra!
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