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02 abril, 2025

Mulino por el mal camino

Ya lo dijimos*: «Pasados los fastos de la toma de posesión (rey de España incluido), amanece el día uno de la “Era RM”, que mantiene la ambigüedad de sus siglas, detrás de las cuales no se puede uno aventurar a trazar una línea que divida a RM de RM, más allá de aquella frase célebre: “mi amistad llega donde empieza el cumplimiento de la ley”. Veremos, amanecido este nuevo gobierno, hasta dónde nos llevan los RM».

Este es el gobierno que más rápido se ha corrompido, el que presenta el más alto nivel de pillaje, el que más mediocres aglutina, el que más rofión ha salido, y el que peor oposición tiene, siendo que le ha votado solo el 34% de los panameños. Es al que más trampas se le va a permitir, porque ya hay por allí algunos que hacen la aritmética de mediocre ciudadano: ya queda menos para que se acaben los cinco años. 

RM da un salvoconducto a RM, la amistad ante todo, y la ley para los tontos de siempre. Los del buen camiNito han rofeado y mentido hasta conseguir lo que quieren: uno, irse con la plata y sin pisar la cárcel; el otro, aprobando con la complicidad de los diputados una ley de la CSS que no es otra cosa que hambre para mañana, que no resuelve el fondo del asunto. Y está lo de la mina, otro cuento/yuca que nos van a meter.

¿Quién se atreve a una revocatoria de mandato? La cobardía nos consume, y no faltará el que diga que no es el momento para experimentos, pero la verdad es que cualquier cosa es mejor que este gobierno, que ha demostrado que se puede hacer peor que la suma PRD y Panameñistas, pero que nadie olvide que a los RM no los puso unos extraterrestres, les votaron los ciudadanos, y también lo hicieron a su blanda oposición. «Sarna con gusto no pica», dicen, pero pica demasiado.

*(Artículo del 2 de junio de 2024).

Artículo publicado en el diario La Prensa, martes 1 de abril de 2025.

19 febrero, 2024

El «nica» Martinelli y la "Divina Comedia"

No hay ciudadano más peligroso, peor traidor a cualquier causa, pecador que más merezca el Infierno de Dante (y también el divino si la gracia no lo alcanza), que aquel que afirma que la democracia en la que vive es ahora una dictadura porque no le dan la razón en lo que quiere. Afirmaciones como esa no son solo nacidas de una mente pueril y caprichosa, reñida con la verdad y que compromete la salud mental, sino que resquebraja la convivencia, falsea la realidad y deteriora las instituciones. Este tipo de personas merece no salir del octavo círculo del Infierno que nos dejó por escrito Dante Alighieri, a la sazón compatriota del «nica» reciente Ricardo Martinelli.

Afirmar que en Panamá existe una dictadura —con las facilidades que ha tenido una persona como él, que hasta ha sido capaz de ser presidente de la república y esquivar la justicia del país durante años (no olviden que sus hijos, condenados como su padre, afirmaron haber sido obligados por él a delinquir y que los Estados Unidos (que no son ejemplo de nada, pero esto es un hecho) le han declarado corrupto— es dejar claro que es un absoluto mentiroso y que no le importan las consecuencias ni de lo que hace ni de lo que dice, exponiendo a ese «pueblo», al que dice querer servir, a un incertidumbre institucional que no se merece.

Lo más sangrante de toda esta Comedia, vulgar, es que se hace llamar «perseguido político» (miren sus redes), al «considerarse perseguido por razones políticas y encontrarse en riesgo inminente su vida, integridad física y seguridad», y «si alguien tenía alguna duda de que Ricardo Martinelli era un perseguido político, ya no tiene por qué tenerla, y lo que hay que ver ahora es si el Gobierno de (Laurentino) Cortizo otorga el salvoconducto de salida (...) o si su sed, su deseo de matar a Ricardo Martinelli son más importantes», afirmaba uno de sus más acérrimos acólitos días atrás y no, el peor presidente de la república, en esto, por lo menos, no se plegó.

Ricardo Martinelli demuestra no saber distinguir entre una democracia (maltrecha, con sus defectos, necesitada de mentes de estado y personas honestas) y una dictadura como la de Torrijos, Noriega o la de su nuevo amo, Daniel Ortega. En los años de dictadura militar en Panamá, parece ser que al joven Ricardo lo mimaban o no tenía luces suficientes para saber en qué país vivía. Ahora, Panamá es una dictadura civil, y el régimen de Ortega una democracia avanzada que lo acoge. Que nos diga cuánto le va a costar esa «Pensión Nicaragua» porque, el «bueno de Daniel», no regala nada ni es amigo de sus amigos, que se lo pregunte a Sergio Ramírez.

Octavo círculo del Infierno —preparado para los fraudulentos—, quinto recinto, donde están los políticos corruptos, ese es el lugar que se merece el «nica» Martinelli, y con él otros muchos políticos (como los que dicen poder perpetrar un golpe de estado, por mucho que se disculpen después), que en los últimos quince años no han hecho más que hundir en la miseria a Panamá y firmar, contra la Constitución, un contrato que terminó arrastrando al pueblo a las calles y sometiéndolo a una presión de la que le costará recuperarse. Pero estamos hablando de aquel que profirió y se cree la mentira más grande, la insinuación más venenosa contra una democracia: vivimos en una dictadura.

No deja de ser sintomático de la naturaleza de lo que dice y de sus hechos, que quien refrenda su supuesta condición de «perseguido político» sea un tipo como Daniel Ortega que, a alguien como Sergio Ramírez, por discrepar con un inmenso conocimiento de causa, sea tenido por traidor, condenado al exilio y a no tener nacionalidad. ¡Qué mala suerte la del «nica» reciente!, terminar siendo comparado con un «nica de siempre», que luchó activamente contra una dictadura, que ejerció su mandato político con transparencia, que supo apartarse cuando vio la realidad de las cosas, que ahora no tiene ni casa, ni pasaporte ni sus recuerdos. Es tan ridículo argumentar que Nicaragua le reconoce como «perseguido político», que lo mejor que puede hacer es no volver a salir nunca de esa embajada si no es para pedir perdón por lo que dice de Panamá e ingresar en prisión y pagar hasta el último centavo.

Esta terrible Comedia, es una puesta en escena de lo que de verdad hay debajo de la política que se hace en Panamá y del futuro que nos espera si gente como él u otros «ex» del Palacio de las Garzas vuelven a ocuparlo. Todos, sin excepción, se merecen una temporada en el octavo círculo del Infierno, ellos y sus lambones de salón (cuídense del «entre ceja y ceja»), sus botellas, sus «compañeritos pío-pío» y los otros «políticos» que siguen invocando a Dios y juran que es divino el origen de sus puestos en la «papa».

Panamá es una democracia defectuosa, es cierto, pero una democracia. Corre el peligro de convertirse en un estado fallido si mentirosos como el «nica perseguido» acceden al poder. Ni él ni la gran mayoría de políticos quieren acceder al poder por amor patrio: quieren el poder para ellos, para seguir perpetuando un país con buenos números, pero con poca educación, seguridad, salud y cultura. Panamá es una democracia, esa es la verdad, y Ricardo Martinelli no es un «perseguido político», y eso es también verdad, aunque él diga lo contrario desde el escondite que le proporciona una de las dictaduras mejor consolidadas del momento.

 

26 julio, 2018

Los libros inútiles

Veo a Ricardo Martinelli salir en las noticias mostrando libros. Libros inútiles, que solo sirven por el título, y qué lástima que no hubiese pensado antes de delinquir en leerlos y hasta en tener un programa de televisión donde mostrarlos sin esposas. Son libros que se muestran al aire para mandar un mensaje, recordando las viejas dedicatorias de canciones de amor en la radio: “para Fulanita, de parte de quien solo ella sabe”.  Seguir leyendo aquí. 

Artículo publicado en La Prensa, 24 de julio de 2018.

24 junio, 2018

Dios, patria y fútbol

Dios, que es redondo (así dice Juan Villoro), no anda metido en asuntos de fútbol. Tiene tanto trabajo y nos ama tanto y parejo a todos que no podía darle a la selección panameña el triunfo y dejar a los belgas, de antigua y olvidada tradición esclavista, sin su victoria. Los belgas también oran. Como buen padre, deja que sus hijos compitan y que gane el mejor. Porque no es cuestión de fe, es cuestión de poner el balón al fondo de la portería por lo menos una vez más que el contrario. Dios, redondo y todo, es mucho más que todas esas oraciones tricolor y vigilias y ayunos para torcer su brazo. Seguir leyendo aquí.

Artículo publicado en el diario La Prensa, 22 de junio de 2018.


01 julio, 2009

Ya está aquí Ricardo Martinelli


Ricardo Martinelli ha sido investido presidente de la República de Panamá. Enhorabuena. Como diría Charles de Gaulle “ahora toca gobernar”. El país que recibe, como siempre, es un hervidero de caos, de pobreza y de necesidades básicas no satisfechas por ningún mandatario. Panamá se vuelve a ilusionar frente a un mar de promesas que veremos cuanto tiempo tarda en cumplir. Esperamos que no tarde toda la legislatura.
Uno de los grandes retos será la estúpida posible incorporación del INAC a la ATP (autoridad de turismo) Ver artículo sobre el tema AQUÍ. Los artistas panameños se reunirán el próximo día 9 de julio en la biblioteca nacional para tratar el tema de la cultura en Panamá y de sus conclusiones debe salir, si es inteligente el Presidente de la República, un plan de trabajo para lanzar la cultura panameña.
En la foto que vemos los honorables Diputados se visten de blanco para escenificar la transparencia de la ley o la paz que debe reinar entre partidos que representan a un pueblo libre, soberano, que elige a sus representantes. Esperamos también que dure mucho ese blanco tantas veces mancillado por políticos corruptos.
Panamá y los panameños, allí donde estemos esperamos que las cosas comiencen a ir mejor, que la pobreza sea erradicada, que los ciudadanos tengan un trabajo y prestaciones sociales dignas, que la Cultura no se esconda detrás del Turismo y que Panamá sea más conocido como sociedad y no sólo como un Canal y un montón de opciones de negocio. Panamá es mucho más que todo eso y necesita ser gobernada por alguien con visión de estado y con visión de futuro. El pueblo ha confiado en Ricardo Martinelli y deseamos que no se equivoque. Mañana, pasados los fastos, habrá que ponerse manos a la obra. En la calle se respiran nuevos aires de esperanza que no han de defraudarse. Ya lo cantaba el ya ex flamante Ministro de Turismo, Rubén Blades en su canción “Pablo Pueblo”: “Pablo Pueblo llega hasta el zaguán oscuro y vuelve a ver las paredes/ Con las viejas papeletas /Que prometían futuros en lides politiqueras/ Y en su cara se dibuja la decepción de la espera”.
El deseo de todos es que “Pablo Pueblo” no sufra esa decepción de siempre una vez más. El deseo de todos los panameños es que por fin despeguemos hacia la meta de ser una sociedad civil, madura y a la altura de los nuevos retos de la modernidad. Eso lo conseguiremos todos poniendo de nuestra parte y no perdiéndole ojo a la gestión presidencial. Porque es responsabilidad del pueblo velar la confianza que ha depositado en el que gobierna sino lo hace será manipulado y derrotado. Y eso, no nos volverá a suceder. ¡Felicidades Presidente!