Otros celebran que el ejecutivo aplaste el SUNTRACS, aunque, con carita de yo no fui, el presidente diga que él no puede dar órdenes de entrar con un cuerpo de asalto (la escena es de película) a la sede de cualquier organización. Esa idea selectiva de la democracia, que se ríe cuando intervienen en la libertad de otros, es como escupir para arriba. El ejecutivo da otra lección autoritaria y manda un mensaje a la nación: el próximo puede ser usted, aunque usted no lo crea.
Insinuar golpes de estado es irresponsable, y seguro que punible. ¿No hay ningún abogado que lo denuncie? ¿No hay un Ministerio Público que actúe de oficio, que exija que la expresidenta diga la verdad? Miente o es cómplice si no dice los nombres de los presuntos golpistas. Pero, como siempre, veremos antes en el banquillo a un ladrón de mamallenas que a una terrible expolítica tirar la piedra sin esconderse, dando otra lección de democracia selectiva: yo si puedo delinquir, tú no.
Veremos a la justicia, ágil, acabar con el sindicato, y comprobaremos lo que ya sabíamos, pero nos hemos hecho los pendejos todo este tiempo: la justicia, como la democracia que practicamos, es selectiva, siempre para los otros, no para nosotros y los nuestros. Esta forma de ver la justicia y la democracia manifiesta nuestra incapacidad para comprobar la fragilidad de nuestro sistema y dimensionar lo que está ocurriendo.
Artículo publicado en el diario La Prensa, martes 27 de mayo de 2025.
El título correcto (hay una errata en el tútulo en la edición digital y de papel) es "La "Bochinchosa" y la democracia selñectiva", con B mayúscula, porque se alude al personaje televisivo de los ochenta en Panamá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario