La Universidad de Panamá, no es perfecta, es más, necesita una refundación urgente, y da igual lo «orgullosamente» (adjetivos terminados en «mente», cuidado) egresado o ingresado que seas. Ahora bien, eso no la convierte en «guarida de terroristas», como ha señalado el Rofión de Las Garzas, en otra de sus desafortunadas intervenciones, demostrando que va «con paso firme» hacia la crispación: mucha testosterona, poca neurona.
Insisto, las redes están llenas de opinólogos ignorantes, seguidos por miles de acólitos, en una exhibición vergonzante de retroalimentación retrógrada y peligrosa que no soluciona nada, pero que descarga cualquier verdadera participación: uno le escribe al presidente, o al alcalde, o al diputado o canciller, y cree que se le escucha, pero no, tienen mucha cara dura y no la dan, y el ciberespacio, que aguanta todo, hace el resto: se traga la capacidad de actuar del ciudadano.
A alguien le conviene que las cosas sigan igual. Advertimos desde el principio que el deterioro de este gobierno sería rapidísimo, por el seguidismo clientelar, por la impunidad con que se encubre todo, y por cómo ex (vicealcaldes, diputados y presidentes) que ya tocaron poder, se rasgan las vestiduras haciéndose los pendejos, como si nunca hubieran estado allí, decidiendo.
Veremos como el rofión termina convirtiendo en caos la poca paz que nos queda. El matón de patio es así, está dispuesto a llevar su absurda sin razón hasta las últimas consecuencias con tal de no reconocer que se ha equivocado. Pero está tranquilo en su gruñir: no le pasará nada, como a los anteriores.
Artículo publicado en el diario La Prensa, el martes 29 de abril de 2025.
No hay comentarios:
Publicar un comentario