15 septiembre, 2023

Omar Fonollosa: "Los niños no ven féretros"

El tiempo es solo una sensación, a penas un picor en el brazo bronceado de la juventud en pleno verano, cuando los días se alargan eternos. Parece entonces una provocación que alguien tan rabiosamente joven mire hacia atrás con una sabiduría súbita, como si se tratara de un caer en la cuenta antes de tiempo, pero con un fondo de ritmo, imagen y precisión verbal que da cuenta del poso de lecturas que han impactado su mirada.

Omar Fonollosa (Zaragoza, 2000), da cuenta de la marcha del tiempo y levanta un inventario de lo que ahora es memoria, nostalgia y sustento. Los niños no ven féretros, Premio de Poesía Hiperión 2022, me llamó la atención por una mezcla de elementos extraliterarios: el nombre de su autor (Omar) y la palabra «féretro», que trajo a mi mente una imagen de la infancia: el féretro del General Omar Torrijos. ¿Los niños no ven féretros? Tenía ocho años, lo vi, y me intrigó la belleza del título de un libro que ha resultado iluminador, lleno de hallazgos y desafíos al tiempo y a la vida. Seguir leyendo aquí.

Reseña publicada en el diario La Prensa, viernes 15 de septiembre de 2023.

12 septiembre, 2023

El "cómo", no el "qué"

El cuento de las alianzas tiene dos ilustres personajes que lo representan: Mr. Potato, para los más infantiles, y Frankenstein, para los más sofisticados (aunque siempre hay que recordar que el monstruo no tiene ese nombre en la novela de Shelley): ambos personajes están hechos de piezas, y aunque dan la apariencia de un todo, todos sabemos que no encajan como deben, les falta alma: es de plástico uno y de restos humanos el otro.

El alma que les falta es la respuesta a una pregunta urgente (estamos en septiembre y nadie dice nada): ¿Cómo van a cambiar el rumbo del país? ¿Cómo van a desmantelar el clientelismo? ¿Cómo van a salvar el Seguro Social? ¿Cómo salvarán el Canal? ¿Cómo desharán el contrato minero? Nadie nos responde al “cómo”, y siguen hablando paja del “qué”.

El “qué” es el país, es la educación, la salud pública, la vivienda, el empleo, las infraestructuras, eso lo sabemos, y los políticos siguen nombrando lo obvio mientras nos miran condescendientes, como si fuésemos imbéciles, y no nos dicen cómo lo van a hacer: nos vienen con el cuento de que si se alían su maldad corrupta de años se va a neutralizar.

Sumen aliados y tendremos un Frankenstein multicolor que terminará por arrasar con lo que queda de país. Si alguno cree que la solución a nuestra circunstancia está en sumar a los mismos, o es cómplice o es ignorante (como ya dijimos): necesitamos apartarnos de lo de siempre y tenemos que exigir que se nos diga el “cómo”, basta de hablar del “qué”: eso ya lo sabemos.

Un gobierno de siglas y colores distintos nos va a convertir en un estado atrofiado, policéfalo y autodestruible. Muchos líderes y pocos servidores, pocos estadistas, pocas luces largas, pocas respuestas: el que calla el “cómo” es porque no tiene intención de cambiar nada. El que proclama el “qué”, aspira a seguir haciendo lo mismo con cara dura de Mr. Potato. Leer el artículo aquí.

Artículo publicado en el diario La Prensa, martes 12 de septiembre de 2023.