Si como canta Gardel, veinte años no son nada, quince, son casi nada. En muchos países latinoamericanos, los quince años de ellas son una estación de fiesta, las quince primaveras, la niña se hace una mujercita y lo celebran por todo lo alto, una presentación en sociedad con un baile, emocionadas palabras de los padres, regalos y la sensación, siempre, de que el tiempo se ha pasado volando y cómo ha cambiado la niña.
Este año, una editorial, más guapa que nunca, cumple quince años de andadura, un cuento que se alarga, una constancia aleccionadora, un prestigio sólido que merece la pena elogiar: Páginas de Espuma. El sueño de Juan Casamayor y Encarni Molina llega a esa ilusionante edad con más ganas que nunca de seguir. Y sí, el tiempo se ha pasado volando. Seguir leyendo aquí.
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