Por otro lado, no habrá carnaval es en la «city» —dice la ATP— (mucha pollera y tricolor patrio, pero agringamos todo, como si por ser en inglés fuese más atractivo), porque no hay dinero para despilfarros, lo que aprovecha el alcalde capitalino para taquillar y salir al rescate del «brillo» y la difusión de una ciudad sumida en sus grandes problemas, con tímidos avances y sin mucha esperanza de mejora, y no olvidemos el autobombo con el monumento a los mártires.
Estos hechos son las consecuencias de una incapacidad ciudadana de comprender el estado de las cosas, y unas autoridades que han renunciado a toda pedagogía y buen hacer. Miren el sindiós del Meduca, corregido por el Contralor en la necia intención de comprar laptops que no se pueden usar por no haber conexión a internet (solo el 44% de las escuelas la tienen) y la cantidad de equipos metidos en un almacén (circuito 8-4) cogiendo polvo. ¡Pero qué bien lucen polleras en el desfile del despilfarro!
Sigamos creyendo en ayudas puntuales a «princesas» y en Teletones que solo son parches a la función de un estado inútil, con un presidente que rofea y denuncia secuestro de leyes sin aclarar a qué se refiere. Seguimos perdidos, muy perdidos en nuestro laberinto, y el Minotauro no nos perdonará cuando nos encuentre. Mejor en casa, sin carnavales, a ver si reflexionamos de una vez por todas.
Artículo publicado el martes 21 de enero en el diario La Prensa.
Nota sobre la imagen: El Radio Focop de Pedro Altamiranda estaría echando humo en estos días. Estoy seguro.
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