Esta es una novela que al decir del propio Rodrigo Fresán (Buenos Aires, 1963) es una novela con ciencia ficción, no de ciencia ficción. El autor argentino en “El fondo del cielo” nos da una vez más una lección de solidez técnica, sensibilidad lírica y de frescura prosística, siempre de agradecer por estos pagos del planeta libro.
Estamos ante una historia de amor urdida con un lenguaje de ciencia ficción que se convierte a su vez en homenaje al género pero sin dejarse atrapar por él. Lo que tenemos en esta novela no es otra cosa que la descripción detallada de unos sentimientos que vienen del pasado y que se van tejiendo en la memoria del único superviviente que queda para recordar todo aquello.
Fresán consigue dotar de un nuevo lenguaje los terrenos de la memoria, el recuerdo, el olvido, la mentira, la verdad. Grandes frases como por ejemplo esta: “La memoria como esa inexplicable máquina del tiempo y el pasado como cuarta dimensión y planeta alternativo con vida un poco más inteligente que aquella que lo habita en el presente” (p. 22), son un claro ejemplo de la aguda reflexión que el autor hace del revés de la trama, profundizando más allá del mero hecho de contar una historia.
Estamos ante una historia de amor urdida con un lenguaje de ciencia ficción que se convierte a su vez en homenaje al género pero sin dejarse atrapar por él. Lo que tenemos en esta novela no es otra cosa que la descripción detallada de unos sentimientos que vienen del pasado y que se van tejiendo en la memoria del único superviviente que queda para recordar todo aquello.
Fresán consigue dotar de un nuevo lenguaje los terrenos de la memoria, el recuerdo, el olvido, la mentira, la verdad. Grandes frases como por ejemplo esta: “La memoria como esa inexplicable máquina del tiempo y el pasado como cuarta dimensión y planeta alternativo con vida un poco más inteligente que aquella que lo habita en el presente” (p. 22), son un claro ejemplo de la aguda reflexión que el autor hace del revés de la trama, profundizando más allá del mero hecho de contar una historia.
Dos jóvenes se enamoran de la misma chica. Pero el vínculo no es solo ese aman las estrellas, están solos y así se sienten, comparten la misma fascinación por la ciencia ficción. Lo que viene a llamarse el incidente, meollo de la novela y que es presentado con una buena dosis de intriga, cambia las cosas, es traído a la memoria por el único que puede recordarlo enseñándonos el poder del recuerdo y de la memoria.
Ambientada en Nueva York y con unos sólidos personajes Fresan nos va llevando al fondo del incidente, al amos por una extraordinaria mujer, a la pasión por un libro a la búsqueda de lo que les unió un tiempo y aquello que les alejó. “El fondo del cielo” no es ni más ni menos que una sinfonía planetaria que presagia un fin, el de un mundo, el de unos recuerdos, el de unas vidas.
Esta novela psicológica, en la que la personalidad de los personajes va adquiriendo un matiz cada vez más real, va tocando los grandes temas de la vida: Dios, la muerte, la traición, la creatividad la literatura, vivir a la sombra de un genio, una novela llena de guiños, conmovedora sin ser ñoña, filosófica sin ser pedante y de ideas sin caer en la pesadez de grandes y complejos conceptos. Estamos ante una novela que dará mucho de qué hablar y que confirma lo que sabemos desde hace varias novelas atrás: que Rodrigo Fresán es uno de los grandes escritores latinoamericanos del momento. De este momento y del que viene, de este planeta y del que viene. Y esto no es ciencia ficción.
Ambientada en Nueva York y con unos sólidos personajes Fresan nos va llevando al fondo del incidente, al amos por una extraordinaria mujer, a la pasión por un libro a la búsqueda de lo que les unió un tiempo y aquello que les alejó. “El fondo del cielo” no es ni más ni menos que una sinfonía planetaria que presagia un fin, el de un mundo, el de unos recuerdos, el de unas vidas.
Esta novela psicológica, en la que la personalidad de los personajes va adquiriendo un matiz cada vez más real, va tocando los grandes temas de la vida: Dios, la muerte, la traición, la creatividad la literatura, vivir a la sombra de un genio, una novela llena de guiños, conmovedora sin ser ñoña, filosófica sin ser pedante y de ideas sin caer en la pesadez de grandes y complejos conceptos. Estamos ante una novela que dará mucho de qué hablar y que confirma lo que sabemos desde hace varias novelas atrás: que Rodrigo Fresán es uno de los grandes escritores latinoamericanos del momento. De este momento y del que viene, de este planeta y del que viene. Y esto no es ciencia ficción.
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