
La reducción de cabezas es perfecta en estos
tiempos de “consumo de simplificaciones”, como decía Nicolás Melini en una
entrevista. La reducción, llevada a cabo en una liturgia de ninguneo del
conocimiento y afeamiento de la búsqueda de criterio, tiene como fin
prepararnos para las simplificaciones, que serán consumidas con un gusto
ingenuo y sin el más mínimo atisbo de deseo de preguntarnos ¿es esto todo? Seguir leyendo el artículo aquí.
Artículo publicado en el diario La Prensa, 21 de enero 2020.
1 comentario:
Leer y comprender un texto es demasiado esfuerzo.
No sólo es reducción de cabezas, también de todo lo que se asocia a la posibilidad de volver a agrandarlas.
Si leer nos resulta complejo, entonces ya no lo hacemos. Además, ¿leer 600 páginas en lugar de 140 caracteres? La elección es, y será, clara.
Saludos,
J.
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