Txema Arregui tiene una misión: buscar al “número Uno”. La orden le viene de “Buster”, el Ministro del Interior español. El “número Uno”, que no es ni más ni menos que el Rey Don Juan Carlos ha desaparecido dejando una extraña y elocuente nota: “Me voy a buscar al niño. Volveré cuando lo encuentre. O no. Feliz Navidad”. A partir de aquí, nada es lo que parece y todo apunta a una trama que tendremos que desvelar paso a paso junto a un grupo de personajes extravagantes y muy humanos.
“Pero sigo siendo el rey” (Editorial Salto de página, 2009), la tercera novela del escritor “argenñol” Carlos Salem (Semana negra de Gijón, Buenos Aires, 1958), nos ofrece una historia hilarante, tierna y trepidante donde a cada paso nos sale al encuentro una pista más que tenemos que seguir hasta llegar al desenlace de esta historia que os reconciliará con la novela negra si es que algún día tuvisteis alguna decepción con ella.
Carlos Salem rescata para sus lectores a Txema Arregui ahora ex policía de puñetazo en la nariz y disfraz rápido que tiene una honda pena por una mujer. Héroe nacional, distinguido por haber salvado casi por casualidad en una ocasión al Rey se le encomienda esta vez la difícil tarea de encontrar a Don Juan Carlos que ha desaparecido dejando la citada extraña nota.
Arregui lo encuentra (no os preocupéis que no os he desbaratado la novela) y el camino de vuelta a casa está lleno de extravagantes personajes en una España surrealista y tierna que nos retrata a la perfección y que nos hace pensarnos desde una perspectiva distinta. Recuerdan muchos pasajes de esta novela a la película “Amanece que no es poco”, otra joya que nos llama a pensarnos mejor. En esta novela resolver el caso no lo es todo: nos arrastra la curiosidad por saber por qué y para qué se ha montado todo este tinglado de vértigo.
La intriga que hay detrás de la desaparición del Rey está salpicada de matones, secuaces, amigos en los que confiar e inesperados traidores que nos llevan en volandas por la páginas de esta novela que nos anima a seguirle la pista a este escritor que va mostrando novela a novela ser un valor seguro de nuestras letras.
La maravilla de esta novela es por un lado el personaje de Arregui, un personaje bien dibujado, triste, leal y experimentado policía. Sentimos sus miedos, sus alegrías, su necesidad de afecto y su profunda tristeza lo que nos recuerda a los grandes detectives del género negro. Un personaje que formará parte seguro de la nómina de los inolvidables de la actual novela negra y al que echaremos de menos cuando terminemos de leer la novela. Por otro lado está la valentía necesaria del autor para echar mano de lo surrealista para narrar su España. El tono y las escenas que parecen mentira forman parte de un dibujo preciso de lo que es España, en lo que se ha convertido España en estos últimos veinte años. Al hilo de lo dicho, un capítulo de la novela que merece especial atención es el que dedica a la Guerra Civil (busquen y lean). Es la mejor radiografía, la mejor estampa, la mejor expresión que he leído hasta hoy de lo que fue y en lo que se ha convertido aquel conflicto que tanto nos dolió y nos duele.
“Pero sigo siendo el rey” coloca a su autor Carlos Salem como uno de los escritores del momento y la obra es una de las novelas que no debemos perdernos este año. Desearán los que no conocen a Carlos Salem leer su obra anterior y la que viene (que viene pronto) esperarla con entusiasmo.
“Pero sigo siendo el rey” (Editorial Salto de página, 2009), la tercera novela del escritor “argenñol” Carlos Salem (Semana negra de Gijón, Buenos Aires, 1958), nos ofrece una historia hilarante, tierna y trepidante donde a cada paso nos sale al encuentro una pista más que tenemos que seguir hasta llegar al desenlace de esta historia que os reconciliará con la novela negra si es que algún día tuvisteis alguna decepción con ella.
Carlos Salem rescata para sus lectores a Txema Arregui ahora ex policía de puñetazo en la nariz y disfraz rápido que tiene una honda pena por una mujer. Héroe nacional, distinguido por haber salvado casi por casualidad en una ocasión al Rey se le encomienda esta vez la difícil tarea de encontrar a Don Juan Carlos que ha desaparecido dejando la citada extraña nota.
Arregui lo encuentra (no os preocupéis que no os he desbaratado la novela) y el camino de vuelta a casa está lleno de extravagantes personajes en una España surrealista y tierna que nos retrata a la perfección y que nos hace pensarnos desde una perspectiva distinta. Recuerdan muchos pasajes de esta novela a la película “Amanece que no es poco”, otra joya que nos llama a pensarnos mejor. En esta novela resolver el caso no lo es todo: nos arrastra la curiosidad por saber por qué y para qué se ha montado todo este tinglado de vértigo.
La intriga que hay detrás de la desaparición del Rey está salpicada de matones, secuaces, amigos en los que confiar e inesperados traidores que nos llevan en volandas por la páginas de esta novela que nos anima a seguirle la pista a este escritor que va mostrando novela a novela ser un valor seguro de nuestras letras.
La maravilla de esta novela es por un lado el personaje de Arregui, un personaje bien dibujado, triste, leal y experimentado policía. Sentimos sus miedos, sus alegrías, su necesidad de afecto y su profunda tristeza lo que nos recuerda a los grandes detectives del género negro. Un personaje que formará parte seguro de la nómina de los inolvidables de la actual novela negra y al que echaremos de menos cuando terminemos de leer la novela. Por otro lado está la valentía necesaria del autor para echar mano de lo surrealista para narrar su España. El tono y las escenas que parecen mentira forman parte de un dibujo preciso de lo que es España, en lo que se ha convertido España en estos últimos veinte años. Al hilo de lo dicho, un capítulo de la novela que merece especial atención es el que dedica a la Guerra Civil (busquen y lean). Es la mejor radiografía, la mejor estampa, la mejor expresión que he leído hasta hoy de lo que fue y en lo que se ha convertido aquel conflicto que tanto nos dolió y nos duele.
“Pero sigo siendo el rey” coloca a su autor Carlos Salem como uno de los escritores del momento y la obra es una de las novelas que no debemos perdernos este año. Desearán los que no conocen a Carlos Salem leer su obra anterior y la que viene (que viene pronto) esperarla con entusiasmo.
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