11 junio, 2011

Por los Senderos con... Matías Candeira.












Matías Candeira es joven, tiene una mirada inteligente y al momento de estrechar su mano se aclara la voz y va calentando motores para la presentación en Madrid de su último libro de cuentos “Antes de las jirafas”. De conversación torrencial y llena de contenido, Matías tiene claro qué quiere hacer en Literatura y qué camino va a seguir para ello. Nos tomamos un café en la Editorial Páginas de Espuma y nos disponemos a conversar sobre su obra. (Foto: Laura Rosal)

1. ¿Cómo ha influido el cine en tu obra?

Yo he estudiado guión, y aunque se suele decir que el cine te puede influir para peor y hacer la escritura más telegráfica, a mí me ha ayudado mucho en lo que tiene que ver con la estructura y la exactitud. En el guión tienes que ser muy exacto ya que se trata de un manual de trabajo para otra persona. A la hora de escribir este concepto me ayuda sobre todo en lo estructural y en la parte visual también. Pero yo me considero definitivamente más escritor que guionista, me interesa todo lo que puede se puede levantar con el lenguaje, o con las fallas del lenguaje, y que una imagen no consigue, lo que solo se logra con la palabra.

2. ¿Cómo empieza a gestarse Antes de las jirafas?

El libro nace cuando me doy cuenta de que las cosas que estaba escribiendo orbitaban entorno a un tema fundamental para mí y que yo experimenté sobre todo en mi adolescencia: el sentimiento de estar desplazado del centro de la propia existencia. Los textos sobre los que estaba trabajando hablaban sobre hombres y mujeres que se sienten desplazados del centro de sus vidas ya sea porque no se entienden con sus parejas, porque no consiguen encajar socialmente o porque no se encuentran a sí mismos. De allí también el concepto de “Antes de las jirafas” ¿Qué había antes de las jirafas? pues los monstruos, las creaturas sin forma definida, lo ambiguo, la oscuridad y también remite a ese origen feliz de esos monstruos, asesinos y gentes desubicadas. Nació un poco por eso.
Luego me di cuenta también de que me interesaba, quizás por mi educación audiovisual, que es lo que te puede dar la Literatura y los referentes literarios (en este caso Fresán, Kafka, Fogwill, Ballard, Monzó), al combinarlos con conceptos de la cultura popular que a mí me gustan por ser parte de mi educación sentimental: las películas de Serie B, el Pulp, las revistas de género de los años 50, sobre todo estadounidenses e inglesas que tienen una potencia metafórica muy grande.
“Antes de las jirafas” tiene mucho de esos contenidos pero en ningún caso quiere ser un homenaje a esa cultura popular porque el homenaje siempre tiene algo de decepcionante y siempre es peor que el original. Es más bien una rescritura desde un punto de vista muy irónico. Muchos de los cuentos del libro lo que buscan es esa reconciliación con estos géneros desde el punto de vista de la distancia irónica. Los asesinos en serie, “A sangre fría”, “Dexter” o “Retrato de un asesino”… se ven despojados en estos cuentos de su brillo y solemnidad por unos narradores que se ríen de ese artefacto genérico poniéndolo a nivel de suelo, respetándolo pero sin tomárselo en serio.

3. La mayoría de las ficciones ocurren en Estados Unidos…

Hay un fondo estadounidense sobre todo porque los referentes vienen de allí y de esa cultura. Pero como dije, no es un homenaje y creo que no tendría sentido que yo recreara perfectamente un universo norteamericano, sería de cartón piedra. Lo que ocurre en “Antes de las jirafas” es que las referencias a la cultura estadounidense, que son muchas, están tratadas desde el punto de vista de la ironía. Por ejemplo, Baltimore es una constante en el libro y aunque no transcurra en Baltimore la gente la menciona y no puedes decir Baltimore sin que suene rimbombante. Es como en “The Wire”, donde Baltimore es un personaje más de la serie. Quise que en mis ficciones se hablara constantemente de Baltimore aunque allí no ocurran la mayoría de ellas.

4. En “¿Qué tal cariño?” hay una guiño a la película King Kong…

Es un cuento muy irónico y muy divertido. Resulta que una familia va por la selva y el padre es una especie de señor muy estirado que quiere que todo funcione perfectamente como si fuera un reloj pero, ya se sabe, la vida no es así. Su mujer se levanta y les dice a sus dos hijos gordos y a este señor que no los aguanta más y que quiere una vida. El padre se pregunta “¿qué voy a hacer ahora?” y esto nos lleva al tema del sentimiento de desplazamiento y desarraigo del que hablamos antes. Luego aparece un trasunto de King Kong (pero del King Kong en blanco y negro, que me parece una maravilla) que se lleva a su mujer. El chillido final es la parte que más me gusta del cuento, es un chillido aterrador que le obliga a este señor a coger un palo y atrincherase con sus hijos pero resulta que no es King Kong el que chilla… Uno cree que conoce a alguien pero no es así, cosa que nos ocurre a la mayoría de las personas, lo cual creo que está bien, así no nos aburrimos tan rápido.

5. ¿Te atreves a articular una poética del cuento?

No sé si es una poética pero me interesan cada vez más los cuentos, que no es que funcionen, sino que están en un impasse entre funcionar y no funcionar. Concibo el cuento como un organismo vivo y como tal tiene partes fallidas, grietas, desfallecimientos… me interesa cada vez más la escritura que no se propone a sí misma como escritura y no tiene una función definida sino que genera texto, genera discurso, y a través de él uno se reconcilia con ella, la detesta. Me interesa cada vez más una escritura que tiene partes confusas, crípticas, que no entendemos. Me parece sano que la literatura sea una especie de explosión y encuentro, que sea una expresión del error, de la diferencia, de la descompensación del lenguaje, de la disonancia. No tiene que sonar bien, tiene que generar inquietud y no necesariamente tiene que ver con la clásica búsqueda de la historia oculta y la visible. Que todos los cuentos tengan una falla, una grieta, algo que no encaje del todo. Me interesa es tipo de literatura porque es la que me genera cuestiones.

6. En “Manhattan Pulp” hay una suerte de renuncia de los héroes…

Se trata de una reescritura de Peter Parker y el Dr. Octopus a través de los códigos de la Marvel. No es tanto un cuento de ellos sino con ellos. Podríamos hablar de las habilidades de Peter Parker y de sus súper poderes pero he querido presentar a los héroes como seres crepusculares, acabados, que están hartos de sí mismos, de lo que generan, de no poder ser normales. Ha muerto su propio personaje y ya no encuentra sentido a su vida. Muere lo que representa, que ni siquiera es verdadero. Resulta más interesante lo que a Peter Parker le pasa en la cama que cómo Pelea con el Duende Verde y esquiva las calabazas que explotan…

7. En “Noche de bodas” veo un constante darse contra la pared, lo que nos va a pasar nos va a pasar…

Me he dado cuenta después que este cuento tiene un poco esa cosa de los sueños, de cómo funciona la vida a veces, que cuando quieres algo te tropiezas constantemente con una valla. Cuando el personaje se lleva a la mujer y al amante es como si se estuviera viendo a sí mismo, a su gemelo malvado, e intenta alcanzarles, tocarles pero no llega, está fuera de la esfera de su propia vida. Me gusta colocar a los personajes al límite, en un punto en el cual ya no puedan solucionar nada para quedarse a merced de las circunstancias que lo rodean. Al final, cuando pensaba que nada podía ir peor, el cuento le da el golpe final.

8. ¿Disfrutas escribiendo o eres de esos escritores que sufren lo indecible?

Creo que depende de la historia. “Antes de las jirafas” sí que es verdad que tiene un punto de vista poco halagüeño. Los personajes cuentan sus historias desde fuera del centro de sus vidas con el deseo de volver a ese centro que les pertenece y esa disonancia, ese viaje de vuelta, les hace sentir muy infelices. A pesar de eso, creo que es un libro que invita a pasárselo bien, no con esta idea de evadirse, son historias poco complacientes, pero también tienen esa distancia de no querer hacer de la literatura una cosa solemne. No quiero escribir libros malos pero una vez bien escritos ¿por qué no hacer que tengan un enfoque que nos haga disfrutar y que nos hagan estar inquietos?

9. Recomiéndanos dos libros y dos películas.

Yo recomendaría “El fondo del cielo”, de Rodrigo Fresán. Me siento en deuda con él por la filosofía esta que el comentaba: “este es un libro con ciencia ficción y no de ciencia ficción”. Y “Tiempo de vida” de Marcos Giralt Torrente. Un libro inteligentísimo y muy bien escrito.
Películas: “El increíble hombre menguante” De Jack Arnold, de la antiguas y “Hoy empieza todo” de Bertrand Tavernier.

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