¿Tenéis libros en casa? Pero no digo unos pocos sino unos cuantos, es decir, varios cientos que amenazan con convertirse en miles, creciendo en estanterías, con posibilidades muy altas de transformarse en una avalancha de letras o apilados en el suelo cortándote el paso. Augusto Monterroso ya decía en un pequeño texto de ‘Movimiento perpetuo’, Cómo me deshice de quinientos libros, que a él le tocó vivir en una época en la que se editaban muchos libros. Y a nosotros también. El libro del Eclesiastés en la Biblia dice que No hay fin de hacer muchos libros y yo apostillaría, con asterisco en el texto Sagrado, a pie de página, y con la reverencia para estos casos indicada, que “leerlos tampoco lo tiene”. Leer más.
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