El libro que el lector tiene en sus manos es una antología. Parece una obviedad pero no es una antología buena. Sin necesidad de ser expertos Francisco Morales Lomas (Jaén, 1957) integra en esta antología textos representativos de los poetas andaluces necesarios. El propio antólogo hace en el prólogo un pliego de descargo sobre las antologías y una promesa de formalidad literaria a la hora de escoger a los poetas y sus poemas. Estamos ante un texto que plantea como estímulo para el lector una poética redactada por cada autor en la cual revelan parte de su mundo literario.
Este libro es también el complemento de un primer volumen y es a su vez la continuación de un proyecto que la Ediciones Carena ha encomendado a Francisco Morales Lomas: hacer una antología de todas la Comunidades Autónomas, lo cual entusiasma y hace presagiar muy buenas antologías para el futuro. Antologías que serán imprescindibles para adentrase mejor a la obra de nuestros poetas.
El disfrute paralelo de la poesía y de las poéticas hace este recorrido andaluz un hallazgo de palabras como soles, metáforas e imágenes como los de un descubrimiento. Los petas no rehúyen sus filias y sus fobias. Trazan con destreza unos límites que para ellos son inherentes a su obra y oficio. Escriben desde distintas perspectivas pero nuestro antólogo ha hecho un buen trabajo recordándonos sus puntos de cercanía regional o académica o sus años y fechas de publicación. Todo esto para hacernos ver la vigencia de estas voces que huyen de estereotipos generacionales y se vuelcan con la poesía en la vida cotidiana.
Luis García Montero, Antonio Enrique, Aurora Luque, Dominio F. Faílde, Antonio Jiménez Milán, Rosa Romojaro, Alberto Torés, Álvaro García, José Sarria y Fernando de Villena, son los poetas que para este segundo volumen de Entre el XX y el XXI Antología poética andaluza (Ediciones Carena, 2009) ha seleccionado con tan buen criterio Francisco Morales Lomas.
Quisiera destacar dos poéticas. Una que me ha llamado la atención en tanto que expresa la labor del poeta es la de Fernando de Villena cuando nos dice lo siguiente: “Existe una realidad más hermosa o más terrible detrás de muchas cosas junto a las que pasamos. El hombre vive demasiado velozmente. El poeta debe detenerse a indagar esa otra realidad y, aunque nunca pueda explicarla, podrá transmitir la emoción que le sacude durante su búsqueda”. Esta idea se aplica a cualquiera de las formas de búsqueda literaria. Es el compromiso del escritor transmitir esa emoción. El hombre hoy más que nunca necesita que se le comunique serenidad. Por eso en sus poemas “Cementerio” o “El día de todos los Santos”, nos lleva otra vez muy cerca a la emoción que suscita el conocimiento de luto y de la muerte.
Otra poética que sorprende por su brevedad y en la línea del oficio del poeta es la de Aurora Luque. En su poética nos dice en “Nuevo caso de hybris (2): “Arte: una letra de a-mor y tres de mue-rte”. Aquí tenemos el combustible del poeta, amor y muerte, el combustible del escritor.
Los poemas, una vez se adentra uno en el camino sinuoso de su lectura, son un cambio constante de paisajes, son un caminar por un sendero hecho de versos vivos, con un cielo de claros y oscuros. Cada poeta y su obra representada son una puerta para llegar a estos autores andaluces necesarios. Una delicia para los sentidos y el paladar literario. Un acierto de antólogo y de Editorial. Un libro que abrirá muchos más.
Este libro es también el complemento de un primer volumen y es a su vez la continuación de un proyecto que la Ediciones Carena ha encomendado a Francisco Morales Lomas: hacer una antología de todas la Comunidades Autónomas, lo cual entusiasma y hace presagiar muy buenas antologías para el futuro. Antologías que serán imprescindibles para adentrase mejor a la obra de nuestros poetas.
El disfrute paralelo de la poesía y de las poéticas hace este recorrido andaluz un hallazgo de palabras como soles, metáforas e imágenes como los de un descubrimiento. Los petas no rehúyen sus filias y sus fobias. Trazan con destreza unos límites que para ellos son inherentes a su obra y oficio. Escriben desde distintas perspectivas pero nuestro antólogo ha hecho un buen trabajo recordándonos sus puntos de cercanía regional o académica o sus años y fechas de publicación. Todo esto para hacernos ver la vigencia de estas voces que huyen de estereotipos generacionales y se vuelcan con la poesía en la vida cotidiana.
Luis García Montero, Antonio Enrique, Aurora Luque, Dominio F. Faílde, Antonio Jiménez Milán, Rosa Romojaro, Alberto Torés, Álvaro García, José Sarria y Fernando de Villena, son los poetas que para este segundo volumen de Entre el XX y el XXI Antología poética andaluza (Ediciones Carena, 2009) ha seleccionado con tan buen criterio Francisco Morales Lomas.
Quisiera destacar dos poéticas. Una que me ha llamado la atención en tanto que expresa la labor del poeta es la de Fernando de Villena cuando nos dice lo siguiente: “Existe una realidad más hermosa o más terrible detrás de muchas cosas junto a las que pasamos. El hombre vive demasiado velozmente. El poeta debe detenerse a indagar esa otra realidad y, aunque nunca pueda explicarla, podrá transmitir la emoción que le sacude durante su búsqueda”. Esta idea se aplica a cualquiera de las formas de búsqueda literaria. Es el compromiso del escritor transmitir esa emoción. El hombre hoy más que nunca necesita que se le comunique serenidad. Por eso en sus poemas “Cementerio” o “El día de todos los Santos”, nos lleva otra vez muy cerca a la emoción que suscita el conocimiento de luto y de la muerte.
Otra poética que sorprende por su brevedad y en la línea del oficio del poeta es la de Aurora Luque. En su poética nos dice en “Nuevo caso de hybris (2): “Arte: una letra de a-mor y tres de mue-rte”. Aquí tenemos el combustible del poeta, amor y muerte, el combustible del escritor.
Los poemas, una vez se adentra uno en el camino sinuoso de su lectura, son un cambio constante de paisajes, son un caminar por un sendero hecho de versos vivos, con un cielo de claros y oscuros. Cada poeta y su obra representada son una puerta para llegar a estos autores andaluces necesarios. Una delicia para los sentidos y el paladar literario. Un acierto de antólogo y de Editorial. Un libro que abrirá muchos más.
1 comentario:
Muy buen blog, Pedro. Volveré a menudo. Saludos.
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