Cuba es una casa llena de vistas. Acoge en su historia tantas tristezas y tantas alegrías que se trata de una suerte de álbum de fotos de la vida. Cuba también ha sido por muchos años destino preferente para muchos españoles a la hora de emigrar para buscar un futuro mejor. No es un secreto que muchos gallegos cruzaron el mar para hacer “las Américas” y esa América fue para muchos la isla de Cuba.
Xavier Alcalá (Ciudad Real, 1947) traza en esta novela de viaje el camino de vuelta que se suele hacer en busca del espíritu de nuestros antepasados pero cumplido este fin “Habana flash” es un retrato de la Cuba actual, de su miseria y de sus mentiras institucionales. Crónica de unas vivencias modernas que evocan el pasado que definitivamente fue mejor, este libro-álbum nos pondrá en perspectiva sobre cómo fue la inmigración gallega a Cuba.
La Habana es un paisaje contradictorio. La suntuosidad del “Floridita”, el lujoso hotel de Hemingway contrasta con edificios que amenazan caerse o con autobuses que se enganchan a la cabeza de un tráiler. Y contradictoria es la visión de normalidad de esas estampas porque para el cubano casi siempre la cosa ha sido así. Así las cosas la visión que el autor nos ofrece pone de relieve una circunstancias que ya lleva muchos años dándose.
La narración es lineal, va paso a paso y sentimos la presión de los vigilantes de inmigración, la persecución de los pedigüeños pasando por los ofrecimientos clandestinos en la puerta de la habitación del hotel de “compañía”. El autor nos permite con trazo delicado vivir con los personajes sus emociones en la Habana.
Xavier Alcalá dosifica bien la “cubanidad” y la “negritud” con la “galleguidad” en la que cree, en la que creemos, para dejarnos un texto fresco que nos pone delante un historia que se repite en tantos hogares españoles: la del abuelo que se fue, la de los familiares en el extranjero que aunque no hayan vuelto siempre han añorado su tierra.
El espíritu de abuelo Remigio puebla y tensa la marcha de la historia nutriéndola de emoción humana. Apenas podemos creer nos que Cuba haya sido como era y que ahora sea como es. Choca que la revolución no haya logrado más que miserias y una letanía que se alza al son del “guaguancó” y la “salsa” y que se mezcla con la música de Serrat y Elvis Prestley.
Es entrañable ver como los gallegos que no regresaron hablan de “sus tierras”, escuchar la mezcla de opiniones que se vierten de allí y de aquí. Sienten ambas “tierras” de cerca, tiene sus dudas y sus reparos pero sobre todo tienen un espíritu de superación que los llevó hasta donde están para encontrarse con su parte de futuro.
“Habana flash” no va a dejar a nadie indiferente. Su sencilla crónica, su cálida emoción va a traernos recuerdos y suscitar reflexiones. No es un libro para criticar a nadie aunque lo haga más de una vez, no es un libro para alabar a nadie aunque lo haga: es un libro escrito con el corazón que requiere para su lectura un mojito y el mar de fondo para ponernos en situación.
Conmueven sobre todo los niños que piden, alfabetizados eso sí, pero que piden por las calles a los turistas por que no tienen otro remedio. Niños y niñas a los que les espera el futuro. Este libro toca el corazón, aguza el recuerdo y reclama nostalgia mientras nos entretenemos en sus fotos. “Habana flash” hay que leerlo cuanto antes para comenzar a digerirlo y a discutirlo.
Xavier Alcalá (Ciudad Real, 1947) traza en esta novela de viaje el camino de vuelta que se suele hacer en busca del espíritu de nuestros antepasados pero cumplido este fin “Habana flash” es un retrato de la Cuba actual, de su miseria y de sus mentiras institucionales. Crónica de unas vivencias modernas que evocan el pasado que definitivamente fue mejor, este libro-álbum nos pondrá en perspectiva sobre cómo fue la inmigración gallega a Cuba.
La Habana es un paisaje contradictorio. La suntuosidad del “Floridita”, el lujoso hotel de Hemingway contrasta con edificios que amenazan caerse o con autobuses que se enganchan a la cabeza de un tráiler. Y contradictoria es la visión de normalidad de esas estampas porque para el cubano casi siempre la cosa ha sido así. Así las cosas la visión que el autor nos ofrece pone de relieve una circunstancias que ya lleva muchos años dándose.
La narración es lineal, va paso a paso y sentimos la presión de los vigilantes de inmigración, la persecución de los pedigüeños pasando por los ofrecimientos clandestinos en la puerta de la habitación del hotel de “compañía”. El autor nos permite con trazo delicado vivir con los personajes sus emociones en la Habana.
Xavier Alcalá dosifica bien la “cubanidad” y la “negritud” con la “galleguidad” en la que cree, en la que creemos, para dejarnos un texto fresco que nos pone delante un historia que se repite en tantos hogares españoles: la del abuelo que se fue, la de los familiares en el extranjero que aunque no hayan vuelto siempre han añorado su tierra.
El espíritu de abuelo Remigio puebla y tensa la marcha de la historia nutriéndola de emoción humana. Apenas podemos creer nos que Cuba haya sido como era y que ahora sea como es. Choca que la revolución no haya logrado más que miserias y una letanía que se alza al son del “guaguancó” y la “salsa” y que se mezcla con la música de Serrat y Elvis Prestley.
Es entrañable ver como los gallegos que no regresaron hablan de “sus tierras”, escuchar la mezcla de opiniones que se vierten de allí y de aquí. Sienten ambas “tierras” de cerca, tiene sus dudas y sus reparos pero sobre todo tienen un espíritu de superación que los llevó hasta donde están para encontrarse con su parte de futuro.
“Habana flash” no va a dejar a nadie indiferente. Su sencilla crónica, su cálida emoción va a traernos recuerdos y suscitar reflexiones. No es un libro para criticar a nadie aunque lo haga más de una vez, no es un libro para alabar a nadie aunque lo haga: es un libro escrito con el corazón que requiere para su lectura un mojito y el mar de fondo para ponernos en situación.
Conmueven sobre todo los niños que piden, alfabetizados eso sí, pero que piden por las calles a los turistas por que no tienen otro remedio. Niños y niñas a los que les espera el futuro. Este libro toca el corazón, aguza el recuerdo y reclama nostalgia mientras nos entretenemos en sus fotos. “Habana flash” hay que leerlo cuanto antes para comenzar a digerirlo y a discutirlo.
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