24 abril, 2009

La noche de los libros, la noche de los amigos

Una vieja canción de la infancia que ahora le canto a mi hija Lucía dice “De todos mis amigos el libro es el mejor…” y siempre he estado de acuerdo. La amistad que trabamos con lo que puede transmitirnos hace que algunos vivamos literalmente rodeados de ellos y nos hace estimarlos y cuidarlos como algo importante. A parte de eso, se desarrolla una complicidad lector-autor que se convierte en una relación estrecha de corazón a corazón.
Pero la amistad que los libros generan no se queda allí. Hay otra dimensión de la amistad literaria que se dejó ver ayer por las calles de Madrid: la amistad entre escritores. Gran parte de los amigos que tengo aquí y en Panamá me han llegado de la literatura, han venido en libros. La tarde noche de ayer fue una jornada de encuentros con viejos amigos, con abrazos de enhorabuena, con cañas de cerveza en "El circo" y charlas sobre los libros y vida. Ayer triunfó la literatura y la amistad.
Argentinos, venezolanos, panameños, españoles, peruanos, poetas, microrelatistas y hasta novelistas (inéditos y más de uno muy laureado) terminaron en el Galdós de cañas, de amistad de literatura. Un día para guardar, como tantos otros que nos vendrán, en la retina de la memoria.
Gentes que proceden de los más distintos trasfondos, con experiencias a cuestas que son tan diferentes entre sí quedan trabadas por el común cariño a las letras, por la misma locura necesaria de escribir.
Madrid salió ganando con “La noche de los libros" de ayer y amaneció mejor, resacosa quizá pero amaneció mejor, más humana y más, si cabe, literaria. Enhorabuena a los que asistieron ayer al encuentro, a los que hicieron posible este éxito y a los que se lo perdieron no pasa nada, el año que viene habrá más. Felices lecturas.