19 febrero, 2011

Por los Senderos con... José Alberto Arias




1.¿Puede la traición de una mujer provocar tanta maldad?

La traición de una mujer, de un ser amado, es capaz de provocar eso y más. Tengo la teoría de que el amor es odio vestido de atenciones, esto es, es fácil amar a alguien pendiente de ti, de tus necesidades, de tu vida. Cuando esto cambia, puede causar indiferencia, cierto, pero el dolor de la pérdida pesa más y nos hace decantarnos por el odio. Por eso, yo siempre defenderé a Peter, la gran víctima.

2. ¿Cómo nace la idea de crear una contranovela? Dices que fue una promesa pero ¿en qué momento se encendió la chispa?

La idea es la siguiente: a una amiga le gusta Peter Pan; a mí, contarle historias de miedo. Una tarde le prometo la historia de terror sobre Peter Pan, pero tenía que escribirla. Al principio era sólo una historia de terror, una exageración de algunos síntomas que ya aparecen en la novela original de Barrie. Luego recordé el final, la promesa y a Ismael Serrano, que hablaba de “la traición de Wendy” y de cómo se ven obligados a crecer. Y seguí su disco canción por canción hasta acabar pervirtiéndolo todo.

3. Defino tu novela como una obra de fantasía terrorífica ¿estás de acuerdo?

Estoy de acuerdo, pero creo que en esencia se trata más de una historia de amor narrada como una novela de terror. Pretendía ser una fantasía terrorífica, pero las circunstancias de la vida hicieron del amor el eje que lo movía todo.

4. ¿Qué le debe tu literatura al cine?

Honestamente, mucho. Hay en la novela escenas calcadas de películas (American beauty, por ejemplo) y series de televisión (entre otras, Buffy cazavampiros). No es ya sólo una cuestión de intertextualidad. Creo que todo está en comunión: hay referencias también a canciones (Vetusta Morla, Nina Simone…), a otros libros… Es un pastiche. En cualquier caso, creo que mi vida en general le debe mucho al cine.

5. ¿Cuándo llegaste a la convicción de que eras escritor?

Creo que no me he atrevido a definirme como escritor hasta este año, aunque lo tenía claro desde hace tiempo. Es una necesidad. Pero hasta este año, entre presentaciones y encontrar mi libro en tiendas, no me lo he creído. Después de todo, aún tengo 23 años…

6. En un momento de la novela (p. 155) se dice que hace falta estar muerto o tener mucha imaginación para llegar a Nunca Jamás. Tú que has estado allí y nos lo describes ¿Eres un zombi o tienes mucha imaginación?

Tengo mucho de zombi, me despierto tardísimo y mal. Si de mí dependiera, viviría en la cama. A veces hace falta morir un poco para llegar a Nunca Jamás; lo cierto es que algunos capítulos de la novela fueron un auténtico descenso a mis infiernos personales, y creo que esto queda plasmado en la atmósfera y protagonistas.

7. ¿Qué lee en estos momentos José Alberto Arias?

Ahora mismo estoy absolutamente enamorado de Ricardo Menéndez Salmón, pero en mi mesita están El camino de Kerouac y El resplandor, de Stephen King. Le estoy metiendo también bastante caña a la poesía, aunque sobre todo en la red de redes.

8. ¿Es el “Nunca Jamás” de tu novela un retrato de nuestro tiempo y nuestros dirigentes?

Lo cierto es que no pretendía que mi Nunca Jamás fuera un reflejo de nada, aunque, como vengo diciendo, acaba siendo un recuerdo de una etapa que está grabada a fuego en mi vida. Tendrá miles de lecturas, por supuesto, pero me gustaría creer que nuestro tiempo tiene más luz que el País Donde No se Crece.

9. ¿En qué trabajas en estos momentos?

Estoy metido en demasiados proyectos. Trabajo principalmente en una revista cultural, La cuerva, que verá la luz en diciembre. También estoy metido en varias antologías de terror que organiza Nocte, la asociación española de literatura de terror. Y los proyectos literarios más ambiciosos son una novela, Queridos niños, y el poemario El abrazo del koala. Todo esto además de colaboraciones con colegas escritores, mis distintos blogs (a quienes han leído La traición de Wendy les interesará la bitácora que creé para el libro, http://latraiciondepeter.blogspot.com/) y revistas donde publico artículos y… creo que debería rebajar el ritmo.

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