
"¿Tú quién eres?"
"Tu Musa. Me esperabas ¿no?
"Sí pero mientras tanto estaba trabajando. Siéntate, en seguida termino".
La Musa se medio enfadó porque Ignacio decidió comenzar y seguir sin ella. Como es un caballero la dejó intervenir en la decisón de prescindir o no de dos palabras.
Ella se fue contenta. Él se dio una ducha. Con tanta transpiración le convenía.
Quinta enseñanza: No esperes a nadie. Que te encuentren trabajando. Las Musas suelen tardar en venir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario