27 de abril de 2009.
Señor(a) Presidente(a):
Los miembros de la Asociación de Escritores de Panamá, organismo independiente, apolítico y sin fines de lucro, formado por un grupo de personas relacionadas con el quehacer cultural y educativo de Panamá, le dirigimos esta carta a escasos días de las elecciones generales pues, terminado ya el período de campañas, hemos visto cómo en todos los planes de gobierno, tanto en el ámbito nacional como en el local, la educación y la cultura apenas han sido mencionadas en algunos casos y en ninguno se les considera parte integral de un plan lúcido y claro de desarrollo de la nación.Y esto es sumamente preocupante.Más allá de un instrumento para el progreso material, la cultura es el fin y el objetivo del verdadero desarrollo. Esa cultura, desde la más elemental que nos define como panameños y nos da una identidad, hasta la más elevada, la que nos inspira, nos reta, nos permite analizarnos y nos sirve como punto de partida para la búsqueda de un mejor futuro, es la que nos lleva a alcanzar, de manera sostenida y en beneficio de todos, otros objetivos aparentemente más pragmáticos. Así, la cultura y la educación deben ser tratadas como el fundamento de su plan de gobierno, como asuntos de importancia nacional.En pocos días usted tomará las riendas de un país en una situación crítica:
Con un sistema educativo disfuncional.
Un problema de violencia e inseguridad notables.
Donde los recursos, tanto culturales como naturales, son dilapidados.
Uno en el que las oportunidades son escasas o al alcance de unos pocos.
Con una pésima distribución de las abundantes riquezas.
Con una corrupción rampante, percibida como algo normal por muchos, sobre todo por los jóvenes que, tanto por lo que ven en los medios como por lo que confirman en la calle, les parece la única opción para realizar sus vidas.Esta situación de largo deterioro, que lleva décadas acumulándose, no puede ser atacada más con parches o soluciones improvisadas al calor de las crisis o, peor aún, seguir siendo ignorada. Es hora que veamos que todos estos problemas nacen de una falta de políticas culturales adecuadas. Son problemas cuya solución podemos encontrar en la educación adecuada, en la promoción de una cultura con la que los jóvenes se identifiquen, por la que se sientan orgullosos y por la que estén dispuestos a sacrificarse y a trabajar por un futuro basado en principios y reglas claras, en una identidad nacional que nos lleve a comprometernos verdaderamente con Panamá y no a ser meros negociantes oportunistas, simples explotadores de los recursos nacionales.Así lo entiende la Organización de las Naciones Unidas, que considera que la cultura y la educación son necesarias para lograr algunos de los Objetivos de Desarrollo del Milenio como la reducción de la pobreza y el desarrollo sostenible.Más específicamente, creemos que el Estado debe:
Valorar la cultura como un componente estratégico para el logro de un desarrollo integral.
Convertir el Instituto Nacional de Cultura en un Ministerio y, más importante aún, en una entidad seria y no permitir nunca que sea botín político o un recurso al servicio del clientelismo político.
Definir políticas y planes específicamente culturales, en todos los ámbitos del gobierno.
Reestructurar integralmente el sistema educativo que en este momento es disfuncional, invirtiendo todos los recursos necesarios.
Apoyar la investigación y prácticas artísticas distintivas de nuestro país.
Crear espacios en las ciudades para el disfrute artístico, incluyendo escenarios adecuados, obras de arte público, museos, bibliotecas y el equipamiento adecuado.
Divulgación del arte, la música, la danza, la literatura y todas las expresiones artísticas panameñas, con una política central de Estado, a nivel nacional e internacional.
Crear espacios y los mecanismos necesarios para que los artistas puedan compartir sus conocimientos y apoyar en la formación de los más jóvenes.No es un asunto simple. Pero es uno que debe ser atacado por su gobierno desde el mismo instante en usted sepa que será el o la Presidente(a) de la República de Panamá.Históricamente en nuestro país, excepto en la época del nacimiento de la República en 1903, la cultura no ha sido considerada nunca como un factor relevante y necesario. Pero la experiencia, los estudios científicos y esta situación crítica en la que estamos nos ha llevado al punto en que tenemos que autoevaluarnos y darnos cuenta que debemos volver a esos ideales sobre los que se construyó la República de Panamá.Señor(a) Presidente(a), su gobierno debe empezar con una política cultural de desarrollo coherente y efectiva, científica e inteligente. Panamá se lo exige.
Con un sistema educativo disfuncional.
Un problema de violencia e inseguridad notables.
Donde los recursos, tanto culturales como naturales, son dilapidados.
Uno en el que las oportunidades son escasas o al alcance de unos pocos.
Con una pésima distribución de las abundantes riquezas.
Con una corrupción rampante, percibida como algo normal por muchos, sobre todo por los jóvenes que, tanto por lo que ven en los medios como por lo que confirman en la calle, les parece la única opción para realizar sus vidas.Esta situación de largo deterioro, que lleva décadas acumulándose, no puede ser atacada más con parches o soluciones improvisadas al calor de las crisis o, peor aún, seguir siendo ignorada. Es hora que veamos que todos estos problemas nacen de una falta de políticas culturales adecuadas. Son problemas cuya solución podemos encontrar en la educación adecuada, en la promoción de una cultura con la que los jóvenes se identifiquen, por la que se sientan orgullosos y por la que estén dispuestos a sacrificarse y a trabajar por un futuro basado en principios y reglas claras, en una identidad nacional que nos lleve a comprometernos verdaderamente con Panamá y no a ser meros negociantes oportunistas, simples explotadores de los recursos nacionales.Así lo entiende la Organización de las Naciones Unidas, que considera que la cultura y la educación son necesarias para lograr algunos de los Objetivos de Desarrollo del Milenio como la reducción de la pobreza y el desarrollo sostenible.Más específicamente, creemos que el Estado debe:
Valorar la cultura como un componente estratégico para el logro de un desarrollo integral.
Convertir el Instituto Nacional de Cultura en un Ministerio y, más importante aún, en una entidad seria y no permitir nunca que sea botín político o un recurso al servicio del clientelismo político.
Definir políticas y planes específicamente culturales, en todos los ámbitos del gobierno.
Reestructurar integralmente el sistema educativo que en este momento es disfuncional, invirtiendo todos los recursos necesarios.
Apoyar la investigación y prácticas artísticas distintivas de nuestro país.
Crear espacios en las ciudades para el disfrute artístico, incluyendo escenarios adecuados, obras de arte público, museos, bibliotecas y el equipamiento adecuado.
Divulgación del arte, la música, la danza, la literatura y todas las expresiones artísticas panameñas, con una política central de Estado, a nivel nacional e internacional.
Crear espacios y los mecanismos necesarios para que los artistas puedan compartir sus conocimientos y apoyar en la formación de los más jóvenes.No es un asunto simple. Pero es uno que debe ser atacado por su gobierno desde el mismo instante en usted sepa que será el o la Presidente(a) de la República de Panamá.Históricamente en nuestro país, excepto en la época del nacimiento de la República en 1903, la cultura no ha sido considerada nunca como un factor relevante y necesario. Pero la experiencia, los estudios científicos y esta situación crítica en la que estamos nos ha llevado al punto en que tenemos que autoevaluarnos y darnos cuenta que debemos volver a esos ideales sobre los que se construyó la República de Panamá.Señor(a) Presidente(a), su gobierno debe empezar con una política cultural de desarrollo coherente y efectiva, científica e inteligente. Panamá se lo exige.
Cordialmente,ASOCIACIÓN DE ESCRITORES DE PANAMÁ
José Luis Rodríguez Pittí, Presidente.
Carlos Oriel Wynter Melo, Vicepresidente.
Edilberto González Trejos, Secretario.
Carlos Fong, Vocal