Los cuentos que forman “Máquinas” más la novela corta (de la que nos habla en la entrevista el autor) “Noche bajo el escudo” forman los engranajes literarios de “Máquinas”. Pero no se engañe el lector y haga caso al título: el plural marca la pauta de estas profecías, son “maquinas” en sí mismas, independientes y por mucho que nos empeñemos en buscar relación entre ellas no las encontraremos. Incluso en esto la originalidad desafiante de Ayllón se hace patente. Vemos como la forma y el fondo sirve perfectamente a este artefacto futurista que es “Máquinas”.
Los relatos de máquinas nos muestran a un mundo dominado por las máquinas y a una humanidad que no sólo simpatiza con ellas sino que interacciona con ellas en un mundo que se tiene muchas veces por mejorado pero que encierra la misma maldad de hoy que es el pasado en esos cuentos. Al final y en casi todos los cuentos terminamos con la sensación de que las máquinas son humanas, demasiado humanas. Tiene uno la sensación de que nuestra humanidad es contagiosa sobre todo por lo malo que sumos capaces de comunicar. También hay ironía en estos cuentos y un humor sutil e inteligente que los dota de sensibilidad, que los humaniza.
Destacamos, a parte de “Noche bajo el escudo”, tres cuentos especialmente buenos: “Deus ex machina” que es el que más nos fascina. Concentra tensión desde el principio. Aunque todo parece muy tranquilo, el ritmo avanza hasta un final súbito que sobreviene como una punzada. Genial.
En “La desnudez del rey” el título se sirve de Andersen para colocarnos ante una situación de aceptación de una realidad horrible a pesar de haber descubierto todo. Sin ingenuidades ni inocencias los protagonistas consienten. Descúbranlo.
Pero es el cuento “Crisálida” el más prodigioso, el de mejor factura filosófica. En él el sufrimiento transforma, el dejar que el tiempo nos cambie es su mensaje. Resuelto en pocas páginas, este cuento plantea grandes reflexiones.
José Leandro Ayllón es capaz de inaugurar universos, dotarlos de atmósfera, crearles personajes precisos y del tamaño del resto del universo y darles vida. Eso es complejo y corre el riesgo el escritor de caer en la reiteración cansina de situaciones, personajes y escenarios. En este caso José Leandro Ayllón vence con talento ese obstáculo para ofrecernos un grupo de cuentos heterogéneos, bien trenzados y con vocación reflexiva y lúdica.
Nos encontramos ante una voz fresca y original en lo que se refiere al género ciencia ficción y haremos bien en no perderle la pista a este escritor que tiene mucho que contarnos. Dicen que en un baúl guarda su obra ¿cuál vendrá? La que sea la recibiremos con interés porque este género suyo da para muchas profecías, da para mucha reflexión.
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