Que las familias han cambiado eso no cabe duda. Que el concepto de familia ha variado es también una realidad incontestable al igual que el hecho de que como institución se ve cada vez más resentida. Lo cierto es que las familias dan mucho juego literario y hoy día más. Desde que Tolstoi escribiese el célebre arranque de Ana Karenina “Todas las familias felices se parecen; pero las infelices lo son cada una a su manera”, la historia no he hecho más que darle le razón al ruso.
En ese sentido nos llega una divertida novela firmada por Paloma Bravo, periodista madrileña, cuyo título “La novia de papá” (Plaza y Janés, 2010) ya es toda una declaración de intenciones. Construida sobre evidentes experiencias propias la autora nos ofrece un muy bien trabado anecdotario sobre los nuevos lazos que surgen dentro de las parejas cuando aportan hijos de relaciones anteriores. Esa nueva construcción familiar hace que se dispare lo mejor y lo peor de los protagonistas lo que convierte la convivencia, mediado el tiempo, en una interesante experiencia.
Sol, treinta y tantos, independiente, moderna y de vuelta de muchas cosas, se enamora de Pablo que tiene dos hijas pre adolecentes. Pasado un tiempo, Pablo cree que ha llegado el momento de conocer a “las niñas”. A partir de allí, sonrisas y lágrimas, navidades, cumpleaños, fines de semana en los que se comparten las niñas, una ex que se mete de más y una “madrastra” en apuros hacen que nos riamos de situaciones tensas, llenas de pura vida y de ternura. Nos vamos adentrando en el terreno de los afectos que van trenzando lo que podemos llamar, sin complejos, una familia.
Las niñas como personajes no tienen desperdicio, muy bien trazadas, se nota que hay un fondo de carne y hueso, que traen por sí mismas sin restarle a la autora su mérito, su propio bagaje vital.
Los diálogos, divertidísimos y con una carga de ironía que desdramatiza unas situaciones que en sí mismas son complejas, nos hacen pasar un buen rato siendo cómplices de esta familia en apuros digna de una serie de televisión. Al final Sol, la protagonista de esta historia termina convirtiéndose en un ser distinto que también transforma la vida de las niñas y del padre de estas.
La novela se lee bastante rápido, está escrita en un lenguaje coloquial que desdramatizado todo, posiblemente más de lo necesaria sin que esto implique un juicio negativo pero todo hay que decirlo. La novela quiere ver el lado amable de las circunstancias pero la verdad es que en muchas situaciones es la cara oscura del asunto la que predomina.
Sol se las ve y se las desea para ganarse a esas niñas de cuyas vidas termina formando parte muy importante aunque las relaciones de esta nueva familia dan un giro que harán bien en descubrir por ustedes mismos. Paloma Bravo acierta al convertir en literatura su experiencia y esperamos verla pronto resolviendo otros retos literarios que saquen de ella su mejor escritura.
En ese sentido nos llega una divertida novela firmada por Paloma Bravo, periodista madrileña, cuyo título “La novia de papá” (Plaza y Janés, 2010) ya es toda una declaración de intenciones. Construida sobre evidentes experiencias propias la autora nos ofrece un muy bien trabado anecdotario sobre los nuevos lazos que surgen dentro de las parejas cuando aportan hijos de relaciones anteriores. Esa nueva construcción familiar hace que se dispare lo mejor y lo peor de los protagonistas lo que convierte la convivencia, mediado el tiempo, en una interesante experiencia.
Sol, treinta y tantos, independiente, moderna y de vuelta de muchas cosas, se enamora de Pablo que tiene dos hijas pre adolecentes. Pasado un tiempo, Pablo cree que ha llegado el momento de conocer a “las niñas”. A partir de allí, sonrisas y lágrimas, navidades, cumpleaños, fines de semana en los que se comparten las niñas, una ex que se mete de más y una “madrastra” en apuros hacen que nos riamos de situaciones tensas, llenas de pura vida y de ternura. Nos vamos adentrando en el terreno de los afectos que van trenzando lo que podemos llamar, sin complejos, una familia.
Las niñas como personajes no tienen desperdicio, muy bien trazadas, se nota que hay un fondo de carne y hueso, que traen por sí mismas sin restarle a la autora su mérito, su propio bagaje vital.
Los diálogos, divertidísimos y con una carga de ironía que desdramatiza unas situaciones que en sí mismas son complejas, nos hacen pasar un buen rato siendo cómplices de esta familia en apuros digna de una serie de televisión. Al final Sol, la protagonista de esta historia termina convirtiéndose en un ser distinto que también transforma la vida de las niñas y del padre de estas.
La novela se lee bastante rápido, está escrita en un lenguaje coloquial que desdramatizado todo, posiblemente más de lo necesaria sin que esto implique un juicio negativo pero todo hay que decirlo. La novela quiere ver el lado amable de las circunstancias pero la verdad es que en muchas situaciones es la cara oscura del asunto la que predomina.
Sol se las ve y se las desea para ganarse a esas niñas de cuyas vidas termina formando parte muy importante aunque las relaciones de esta nueva familia dan un giro que harán bien en descubrir por ustedes mismos. Paloma Bravo acierta al convertir en literatura su experiencia y esperamos verla pronto resolviendo otros retos literarios que saquen de ella su mejor escritura.
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