Nada más enterarse mis amigos de que ando haciendo comentarios futboleros me quieren sacar los colores diciéndome que esto se debe a los vestigios futbolísticos de mi infancia, que siempre he sido un futbolero latente. Me quedé de piedra. Ahora me mandan reseñas de los partidos, me ilustran con las posiciones de los jugadores y hasta me han mandado un enlace a la federación española de futbol para que no pierda de talle, página que por cierto no contiene nada. Así nos va. El fin de semana arrancó con empates, todos ganadores y todos perdedores a un tiempo. Entonces vino Argentina y ganó 1-0 y Messi, el mejor de este deporte según se dice, parecía estar exultante aunque no marcó ningún gol. Bueno, lo importante es participar y Maradona convirtió la selección albiceleste en una selección blaugrana. Messi ha dicho que “me sentí como juagando con el Barça”. Vaya, para que luego digan.
Los gringos jugaron contra los ingleses, sí, esos del vertido, y gracias a la inestimable ayuda del portero, de apellido Green (no me digan que no es elocuente), consiguieron empatar. Al portero se le escapó, como el petróleo en el golfo de México, el control Jabulani, que no es su novia surafricana, sino el nombre del balón de este Mundial. Al parecer cada balón tiene su nombre como la mascota del evento. Sigo aprendiendo cosas. Había ganas de revancha pero no pudo ser: empate en el terreno de juego y goleada ecológica de los ingleses por muy Green que se llame su portero.
Luego los franceses no pudieron con los uruguayos. Me dicen desde allá que varios panameños militaron en las filas del futbol de la tierra de Benedetti por allá por los años del primer Mundial. Lo que hace el fútbol. Por cierto del seleccionador francés hablaremos otro día, un tipo raro este, amigo de los astros y no precisamente los del fútbol.
Los alemanes aplastaron a los australianos y del resto de los partidos apenas me llegaron noticias. Eran encuentros “menores” aunque en esto del fútbol hay que ir, según las palabras de nuestros jugadores, con humildad, con respeto al rival. Lo triste de estas jornadas es que nuestros vecinos griegos no se quitan la negra que tienen encima ni en el césped ante ¿Korea?, que les gano 2-0. Error defensivo me dicen mis asesores. Lo mismo que con la economía. El futbol es así. Y La crisis.
La nota triste de estas jornadas inaugurales la puso la trágica muerte de la bisnieta de Nelson Mandela. Repaso algunos pasajes de su autobiografía “El largo camino hacia la libertad” (El País-Aguilar, 1995) y me emociona la capacidad de superación de un hombre que recorrió un largo trecho hasta donde está hoy y las tristezas no le dejan. Un camino por un túnel oscuro que es también el camino de un continente que, por mucho Mundial, sigue necesitando del compromiso de todos. El libro del que les hablo lo reedita Aguilar y se los recomiendo mucho.
Mañana les recomendaré otro libro, pero este futbolisto aunque tenga en la cabeza un balón rojo y gualdo, le revoloteen por la cabeza libros, anécdotas y novelas inconclusas por leer y por escribir, lo que desea es que debuten los nuestros. Me parece que he de reconocer el vértigo de que no todo está en los libros: el resto está en el fútbol.
PD: la imagen del futbolisto está basada en una viñeta original de KomicElx.
Los gringos jugaron contra los ingleses, sí, esos del vertido, y gracias a la inestimable ayuda del portero, de apellido Green (no me digan que no es elocuente), consiguieron empatar. Al portero se le escapó, como el petróleo en el golfo de México, el control Jabulani, que no es su novia surafricana, sino el nombre del balón de este Mundial. Al parecer cada balón tiene su nombre como la mascota del evento. Sigo aprendiendo cosas. Había ganas de revancha pero no pudo ser: empate en el terreno de juego y goleada ecológica de los ingleses por muy Green que se llame su portero.
Luego los franceses no pudieron con los uruguayos. Me dicen desde allá que varios panameños militaron en las filas del futbol de la tierra de Benedetti por allá por los años del primer Mundial. Lo que hace el fútbol. Por cierto del seleccionador francés hablaremos otro día, un tipo raro este, amigo de los astros y no precisamente los del fútbol.
Los alemanes aplastaron a los australianos y del resto de los partidos apenas me llegaron noticias. Eran encuentros “menores” aunque en esto del fútbol hay que ir, según las palabras de nuestros jugadores, con humildad, con respeto al rival. Lo triste de estas jornadas es que nuestros vecinos griegos no se quitan la negra que tienen encima ni en el césped ante ¿Korea?, que les gano 2-0. Error defensivo me dicen mis asesores. Lo mismo que con la economía. El futbol es así. Y La crisis.
La nota triste de estas jornadas inaugurales la puso la trágica muerte de la bisnieta de Nelson Mandela. Repaso algunos pasajes de su autobiografía “El largo camino hacia la libertad” (El País-Aguilar, 1995) y me emociona la capacidad de superación de un hombre que recorrió un largo trecho hasta donde está hoy y las tristezas no le dejan. Un camino por un túnel oscuro que es también el camino de un continente que, por mucho Mundial, sigue necesitando del compromiso de todos. El libro del que les hablo lo reedita Aguilar y se los recomiendo mucho.
Mañana les recomendaré otro libro, pero este futbolisto aunque tenga en la cabeza un balón rojo y gualdo, le revoloteen por la cabeza libros, anécdotas y novelas inconclusas por leer y por escribir, lo que desea es que debuten los nuestros. Me parece que he de reconocer el vértigo de que no todo está en los libros: el resto está en el fútbol.
PD: la imagen del futbolisto está basada en una viñeta original de KomicElx.
No hay comentarios:
Publicar un comentario