Mikkel Birkegaard convierte la lectura en un peligro. Resulta que una vieja tradición que se hereda de padres a hijos le señala como uno de los “Lectores”, (posiblemente, como su padre, uno de los mejores), de una red de personas que pueden influir en la mente de las personas que lee. Este ritual, en manos de las personas equivocadas puede tener resultados nefastos. A la muerte de su padre y después de 20 años sin apenas tener contacto con él se convierte en heredero de la librería de este: Libri di Luca. Aquí hay una reflexión que trasciende el género y que apunta a hacia otra de las dimensiones de esta obra: el trato de grandes temas morales más allá de lo lúdico de la obra. La búsqueda del padre, la memoria de la familia perdida, la constatación de que somos de alguna manera parte de nuestros antepasados.
Recibida la librería Jon Campelli se va enterando de que las cosas no son tan sencillas que no solo son libros que no se trata solo de lectura que hay un ritual secreto que se remonta a la vieja Alejandría y que se puede influir sobre las personas que leen. Jon se ve metido en un laberinto de poder, de lucha para sobrevivir y todo ello rodeado constantemente de libros y de lectores, de mentes perversas y de personas que buscan resolver el enigma de la muerte del viejo Luca Campeli.
Como no podía ser de otra manera en esta novela hay una mujer enigmática de cuya personalidad y secreto nos vamos enterando poco a poco, una pelirroja que junto al nombre de Alejandría lleva la imaginación hasta la popularizada últimamente Hipatia por grandes novelas y ensayos y la película de Amenábar. Un personaje redondo para conocer y amar.
Ya está en marcha la versión cinematográfica que esperamos con ganas porque la cantidad de sensibilidades, fuentes de amor y de rencor que se generan en torno a los personajes es todo un reto para ser convertido en cine. La trama de la novela les envolverá en un mundo de texturas del pasado, de letras y de libros que hará las delicias de los amantes de los buenos thrillers.
No dejen de asomarse a las 549 páginas de esta ópera prima que nos hace presagiar (esperemos que el éxito de esta no le empañe la siguiente) más buenas novelas y disfrutar de un bello final, entrañable y nada sensiblero como se podría pensar. Disfruten de la prueba del laberinto y esperamos que después de su lectura no les dé miedo seguir haciéndolo.
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