10 septiembre, 2008

Líneas de historia

Una mujer gorda y triste fuma sentada frente a Ignacio en un bar. Le cuenta su vida, su fracaso sentimental, su peregrinaje vital dando tumbos de un amor a otro, rota su felicidad por aquel hombre lejano en el pasado del cual sólo le da al escritor un nombre: Norberto.
“¿Cuánto te ocupará mi historia?”, preguntó gris la mujer gorda apagando el décimo cigarrillo.
“Una línea”, contestó Ignacio. “El microrelato se llamará Necios”.
La mujer gorda se levantó molesta pensando buscarse a otro escritor: su historia se merece una novela.
Séptima enseñanza: Lo breve, si bueno, dos veces breve. Cualquier historia cabe en una línea.