Ahora me sale un acérrimo crítico y me dice que escribo desde el pasado. Ángel González, mi amigo (no el poeta sino el abogado), me reclama que no estoy en la actualidad. ¿Qué es la actualidad? Toda crítica social, todo posicionamiento ante la realidad, viene de la memoria, del pasado. Somos nuestro trasfondo, nuestras vivencias. Construimos lo que somos y lo que pretendemos ser con lo que fuimos.
Baltasar Garzón, por ejemplo, ese “gran juez”, dice que va a mandar a investigar todos los crímenes de la Guerra Civil. Pasado. César Vidal, ese “gran escritor”, acaba de reeditar “Recuerdo 1936”. Más pasado. Los girasoles ciegos, la novela de Alberto Méndez y llevada al cine por José Luis Cuerda es también pasado igual que la última novela (novelón y esta sí que escribe bien) de Almudena Grandes que dice que cada mañana fusilaría a más de uno de la derecha (pasado rencoroso en este caso).
Todo se escribe así. Aunque parezca que escribimos literatura futurista (Fahrenheit 451, Walden Dos, 1984, Un mundo feliz) siempre estamos recordando, manteniendo una conversación con lo que fuimos, pudimos ser o quisimos u odiamos. La opinión pública (pasa en todos lados y aquí en España mucho) va en función de lo que ocurrió a nuestros antepasados durante la Guerra Civil. Las mentes más claras de este país, en cualquier debate televisivo, terminan abdicando de la razón y de los hechos para caer en la sinrazón y el resentimiento de posibilidades novelescas muchas veces con el sólo fin de llevar razón. No importa la verdad, importa que los demás sepan nuestra opinión.
Cuando escribimos con la libertad de una columna terminamos siempre consintiendo con la nostalgia y vamos dando voz a nuestro presente con los tonos de nuestro pasado. Pocos desean ser objetivos (no hay nada más subjetivo que la objetividad) y la verdad es que este país está necesitado, como todos, por lo medos del deseo de buscar tan escurridiza virtud. Hace mucho tiempo que salimos de esa búsqueda para agradarnos a nosotros mismos.
Busco ser objetivo, a pesar de la parajoda descrita más arriba (parajoda como diría mi amigo Guillermo Cabrera Infante), pero no puedo renunciar a mirar el pasado. Situarse correctamente en el presente es estar bien situado en el pasado y tener una relación sana con él. La actualidad, comentarla por lo menos con juzteza, tiene que ser un ejercicio intelectual y emocional que puede darnos (y da) resultados increíblemente enriquecedores.
Y qué mejor estímulo para la búsqueda de la objetividad perdida que un buen amigo que te lea y te ponga en solfa, que te rete intelectualmente y que, sobre todo, se mantenga a tu lado a pesar de las diferencias. Con Ángel me pasa eso, y sí que somos distintos, pero nos une una amistad que está soldada por el cariño por la común pasión por el conocimiento y por la mítica e indiscutible figura de Michael Jordan al cual seguía yo en directo desde Panamá cuando el no sabía lo que era un balón.
Ahora que lo sabe, y sabe tantas cosas, va a tener que invitarme a una comida para seguir indagando juntos en la actualidad y buscando sin descanso la objetividad que se sigue escapando, como en el verso de Ana María Martínez Sagi, por las esquinas del aire.
Baltasar Garzón, por ejemplo, ese “gran juez”, dice que va a mandar a investigar todos los crímenes de la Guerra Civil. Pasado. César Vidal, ese “gran escritor”, acaba de reeditar “Recuerdo 1936”. Más pasado. Los girasoles ciegos, la novela de Alberto Méndez y llevada al cine por José Luis Cuerda es también pasado igual que la última novela (novelón y esta sí que escribe bien) de Almudena Grandes que dice que cada mañana fusilaría a más de uno de la derecha (pasado rencoroso en este caso).
Todo se escribe así. Aunque parezca que escribimos literatura futurista (Fahrenheit 451, Walden Dos, 1984, Un mundo feliz) siempre estamos recordando, manteniendo una conversación con lo que fuimos, pudimos ser o quisimos u odiamos. La opinión pública (pasa en todos lados y aquí en España mucho) va en función de lo que ocurrió a nuestros antepasados durante la Guerra Civil. Las mentes más claras de este país, en cualquier debate televisivo, terminan abdicando de la razón y de los hechos para caer en la sinrazón y el resentimiento de posibilidades novelescas muchas veces con el sólo fin de llevar razón. No importa la verdad, importa que los demás sepan nuestra opinión.
Cuando escribimos con la libertad de una columna terminamos siempre consintiendo con la nostalgia y vamos dando voz a nuestro presente con los tonos de nuestro pasado. Pocos desean ser objetivos (no hay nada más subjetivo que la objetividad) y la verdad es que este país está necesitado, como todos, por lo medos del deseo de buscar tan escurridiza virtud. Hace mucho tiempo que salimos de esa búsqueda para agradarnos a nosotros mismos.
Busco ser objetivo, a pesar de la parajoda descrita más arriba (parajoda como diría mi amigo Guillermo Cabrera Infante), pero no puedo renunciar a mirar el pasado. Situarse correctamente en el presente es estar bien situado en el pasado y tener una relación sana con él. La actualidad, comentarla por lo menos con juzteza, tiene que ser un ejercicio intelectual y emocional que puede darnos (y da) resultados increíblemente enriquecedores.
Y qué mejor estímulo para la búsqueda de la objetividad perdida que un buen amigo que te lea y te ponga en solfa, que te rete intelectualmente y que, sobre todo, se mantenga a tu lado a pesar de las diferencias. Con Ángel me pasa eso, y sí que somos distintos, pero nos une una amistad que está soldada por el cariño por la común pasión por el conocimiento y por la mítica e indiscutible figura de Michael Jordan al cual seguía yo en directo desde Panamá cuando el no sabía lo que era un balón.
Ahora que lo sabe, y sabe tantas cosas, va a tener que invitarme a una comida para seguir indagando juntos en la actualidad y buscando sin descanso la objetividad que se sigue escapando, como en el verso de Ana María Martínez Sagi, por las esquinas del aire.
3 comentarios:
¿ Como se puede empezar el comentario? dificil,abro el debate,¿ Por que cuesta tanto empezar a escribir? no se,¿Queremos impresionar quizas y la primera impresion,o eso dicen, es la que cuenta? insisto en decir que no se,solo se que cuesta,ya saldra alguna universidad de EEUU con algun estudio sobre el tema,no lo dudo; Inicios aparte, la primera palabra que tendria que haber dicho es felicidades,a menudo salen en la tele "best sellers", libros que no se porque, pero gustan,libros que todo el mundo lee,cual plaga nos abordan,y que sin ser un experto en la materia,son libros que caen por su propio peso;Estaria feo que me refiriera a alguno de ellos,mas o menos se sabe cuales son,lo que quiero decir con esto es que cuantas personas a menudo te encuentras en la vida que sabes que estan echadas a perder,podria decir mas de 4 y una de ellas seria " el negrata",y no preciasamente por jugar al baloncesto(jaja), con este comentario disentiras,pero me veo en la obligacion de ponerlo, si dios existiera pondria a cada uno en su lugar...
Dejando las reflexiones a un lado lo que si tengo que decir es que seguire siendo un seguidor tuyo,y criticando como en mi es costumbre de una forma constructiva.
Por cierto me gusta tu reflexion sobre la objetividad,cuantas veces habremos hablado sobre el tema, y las que nos quedan,eso si,previa ingestion de medio cochino(jaja).
PD. pendiente queda esa comida mas reflexion
un abrazo negrata
Angel "abogado"
Buena reflexión amigo. Espero no perderme en la maraña de esos terribles "bestseleros". Queda pendiente esa comida y sobre todo la refexión. Tu amigo el "negrata" escritor.
its good to know about it? where did you get that information?
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